Lunes 15 de abril 2024

Chivilcoy en la huella sarmientina

Redacción 22/12/2014 - 04.31.hs

Muy pocos recuerdan hoy que Chivilcoy fue un hito histórico en la ardua tarea de distribución de la renta en la Argentina. Lo fue cuando ni siquiera la idea moderna de la "redistribución de la riqueza" existía y, por el contrario, en el país se padecía la fabulosa tarea de apropiación de la renta que comenzó con Rivadavia, continuó con Rosas y se afianzaba con los gobiernos de la llamada Organización Nacional. En esos años Domingo Faustino Sarmiento denunció que toda la provincia de Buenos Aires estaba en manos de 2.000 propietarios y deploró el atraso y el despoblamiento que eso producía en el país. Sarmiento había visto en Estados Unidos el sistema de distribución de la propiedad rural y logró la sanción en 1857 de la llamada "Ley de Tierras" que puso a prueba en la subdivisión de grandes extensiones en Chivilcoy, localidad fundada ese mismo año. Su iniciativa significó el acceso a la tierra de miles de trabajadores del campo que, en el mejor de los casos, eran arrendatarios explotados por terratenientes beneficiarios oligárquicos de la ley de enfiteusis.
La idea de Sarmiento era afincar al "gaucho argentino" y convertirlo en un labriego, en un ciudadano. Fue un programa modernizador en tiempos en que muy pocos hablaban de redistribuir.
El mismo lo dijo, once años después, cuando llegó a Chivilcoy como presidente: "He aquí el gaucho argentino de ayer con casa en que vivir y un pedazo de tierra para labrar. No hay temor de que ningún caudillo salga de Chivilcoy y esta ciudad es una muestra de lo que pueden hacer las ideas. Chivilcoy es el programa del presidente Sarmiento y les prometo que haré cien Chivilcoy en seis años de gobierno".
Lamentablemente su ley de tierras no fue aprobada y su programa que triunfaba en Chivilcoy naufragó en un mar de intereses corporativos de los grandes propietarios y políticos asociados.
En estos días, Chivilcoy ha reivindicado su papel de heredera de las ideas progresistas y avanzadas de Sarmiento. Lo hizo recogiendo una de las preocupaciones del Gran Sanjuanino: la elevación de la mujer en un pie de igualdad con el hombre. Sarmiento fue el primer gobernante argentino en dotar de derechos electorales a las mujeres cuando en 1864 impulsó el voto femenino para la elección de intendentes en San Juan. Lo fue también cuando revolucionó la educación argentina creando las escuelas normales para que de allí egresaran maestras y profesoras pilares de su programa educativo.
Por eso no debe extrañar que sea Chivilcoy la ciudad argentina que haga punta en avanzar en contra de los llamados certámenes de belleza femeninos donde los atributos de la mujer se reducen a valorar determinadas proporciones del rostro y cuerpo como si se tratara de una exposición de animales de raza.
El Concejo Deliberante de esa ciudad de tan honrosa tradición sarmientina, aprobó recientemente una ordenanza donde se prohíben esos concursos en actos oficiales y en los que el Estado patrocine o auspicie. La ordenanza deplora que estos concursos significan un acto discriminatorio y sexistas donde se ejerce un violencia simbólica e institucional sobre mujeres y niñas. En su lugar se impulsa la realización de una convocatoria a elegir a jóvenes que se hayan destacado por su labor solidaria y su esfuerzo por mejorar la calidad de vida de los chivilcoyenses. El 70 por ciento de los vecinos, apoyaron la iniciativa.

 


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