Complejidades de la pandemia
Lunes 04 de marzo 2024

Complejidades de la pandemia

Redaccion Avances 16/04/2020 - 22.04.hs

La lucha contra la pandemia se desenvuelve en medio de grandes incertezas, contradicciones y disputas. Mientras que la política está bajo shock, se reduce a la acción presidencial, que ocupa el centro de la escena.
EDUARDO LUCITA*
Para los historiadores y no pocos economistas nunca hubo una crisis de estas características que combina lo sanitario, lo económico-ambiental y lo social. Tal vez este carácter inédito y sus múltiples dimensiones resulte la causante de la falta de certezas que hoy recorre buena parte del mundo.
El virus es nuevo, se desconoce aún su trayectoria y comportamiento, por lo tanto no es posible saber cuánto tiempo más durará la pandemia. El único recurso sanitario seguro hasta ahora es el distanciamiento social. Cuanto más estricta es la cuarentena mayor es el impacto económico. Si no podemos conocer cuánto durará la pandemia tampoco estimar la extensión y profundidad de la crisis económica en curso. Como lo explicara en nota anterior la relación entre economía y salud en esta coyuntura excepcional es el debate que recorre el mundo.
Para quienes intentan mirar más allá de la cuarentena se presentan otros interrogantes. ¿Qué estructura de poder mundial surgirá? ¿Qué quedará de la globalización tal como la hemos conocido hasta ahora? ¿Las cadenas de valor articuladas por las multinacionales volverán a ser lo que eran o veremos un resurgir de ciertas producciones nacionales? ¿Qué impactos psicosociales quedarán luego del aislamiento tan prolongado? ¿Volverán los abrazos y el apretón de manos? ¿Cómo se manifestará en las relaciones laborales, en las interpersonales; en los niños?

 

Paradojas.
En principio el gobierno nacional ha tenido algunos aciertos: se ha rodeado de un consejo asesor de científicos de primer nivel; bajo ese asesoramiento ha declarado en forma temprana -con relación a otros países- la cuarentena, en paralelo ha construido un consenso político con gobernadores, al interior de su propia fuerza, y con los sectores de la oposición con responsabilidades de gestión. En ese consenso se apoya para llevar adelante su estrategia contra la pandemia.
El resultado es que con los datos disponibles hay serios indicios de que la tasa de contagios ha ralentizado su crecimiento y por lo tanto se podría lograr el ansiado aplanamiento de la curva. Sin embargo este éxito parcial, que da tiempo a reforzar el sistema de salud, desliza para adelante el esperado pico de contagios (ahora sería para mediados de mayo) y su consecuencia paradojal: lleva a extender la cuarentena, por lo tanto a mantener una economía de muy baja densidad.
Es paradojal también que cuando el desarrollo científico-tecnológico domina nuestro tiempo el recurso más efectivo para combatir el Covid-19 siga siendo la cuarentena. Un recurso propio de los tiempos del Medioevo, surgido cuando en tiempos de la llamada Peste Negra en la primera mitad del siglo XIV.

 

Disputas.
El gobierno ha buscado contener a los sectores más vulnerables atemperar la caída de la actividad económica con subsidios a las familias (Ingreso Familiar de Emergencia); reinstalación del Repro (subsidiar parte de los salarios); políticas para las Pymes (créditos para el pago de sueldos, reducción o postergación de aportes patronales) entre otras medidas. Mientras que el consenso logrado le ha permitido sortear algunas pruebas: la falta de testeos, los errores no forzados de gestión como el «viernes negro» de los jubilados, el escándalo de los sobreprecios en alimentos, la represión a los trabajadores del frigorífico Penta o el ciberpatrullaje.
El gobierno logró un fuerte consenso político, y goza de un buen apoyo popular, pero es débil frente a los poderosos, quienes como siempre buscan hacer recaer la crisis en los más débiles. ¿Saldrá indemne del inevitable derrumbe de la economía? Los empresarios presionan para que se limite la cuarentena y los sectores económicos vuelvan a producir y a comerciar, el gobierno resiste sus presiones y chantajes, prohíbe despidos y suspensiones, pone precios máximos, líneas de créditos blandas para las Pymes. Nada se cumple.
Los precios máximos se vulneran, los despidos y suspensiones acompañadas de rebajas salariales se suceden día tras día, los bancos dan los créditos con cuenta gotas, la declaración de utilidad pública de todo el sistema de salud fue rechazada por el sector privado y dejada de lado. Y ahora la corrida cambiaria.
Es obvio que flexibilizar la cuarentena antes del pico es criminal. Que se consideren actividades esenciales a la megaminería o que se sigan pagando intereses de la deuda, es una muestra más de esta relación asimétrica entre el poder político y el poder real.
Todo se financia con emisión, pero es evidente que se necesitarán más recursos que solo pueden provenir de las riquezas concentradas. En esta relación de fuerzas con el capital ¿qué destino tendrán las intenciones, fundadas y necesarias, de gravar las grandes fortunas, las ganancias, o los bienes que no han tributado? ¿Si se aprueba a cuánto ascenderá el monto que se recaude?

 

Otro camino.
Afortunadamente en medio de estos enredos comienza a escucharse la voz de los trabajadores. Esta semana hubo tres pronunciamientos, de la Federación de Aceiteros y Desmontadores, acompañados por más de 50 organizaciones sindicales; del Plenario Sindical Combativo y de la Corriente Político Sindical Rompiendo Cadenas. Coinciden en rechazar la flexibilización de la cuarentena en los términos exigidos por los empresarios y en que sus vidas valen más que sus ganancias. Afirman «que nadie se salva solo», que «la crisis no debe devorar vidas ni derechos» y se pronuncian «en defensa de la salud, los salarios y el empleo».
En definitiva, promueven otro camino para salir de la crisis.

 

*Integrante del colectivo EDI (Economistas de Izquierda).

 

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