Viernes 22 de marzo 2024

¿Compra de armas en plena recesión?

Redacción 28/03/2017 - 02.16.hs

Mientras el gobierno lleva a cabo un ajuste extremo que cuesta centenares de miles de puestos de trabajo y caída de salarios y jubilaciones, resolvió en el mayor sigilo comprar armamento a Estados Unidos e Israel por una suma astronómica. La decisión de llevar a cabo en secreto esta gran operación en tanto bajan en picada los niveles de inversión en salud y educación con pérdida de programas destinados a atender a los más necesitados irrumpe en la vida política del país como una bofetada.
La noticia se conoció a partir de una investigación del programa Economía Política que se emite por C5N y no mereció hasta el momento ningún comentario -ni desmentida ni confirmación- por parte de funcionario alguno del gobierno nacional.
El detalle del equipamiento bélico que nuestro país adquiriría provoca escalofríos: aviones cazabombarderos, carros blindados, helicópteros, aviones de entrenamiento, misiles, etc. La pregunta que inmediatamente surge es qué hipótesis de conflicto maneja el gobierno nacional para embarcarse en semejante gasto mientras aumenta por obra y gracia del macrismo el déficit fiscal, el endeudamiento externo ha subido vertiginosamente -50 mil millones de dólares en apenas un año de gestión- y el Estado se encuentra en retirada de infinidad de programas sociales que atendían las necesidades de los sectores más vulnerables.
Un ex ministro de Defensa se preguntó por otra de las consecuencias temibles de esta megaoperación: la posibilidad de iniciar en nuestro continente una carrera armamentística de consecuencias impredecibles y la generación de desconfianza entre países vecinos que comparten una historia común y que son, además, buenos socios comerciales.
Mientras el gobierno con su política depredadora del aparato productivo destruye las empresas nacionales destina un presupuesto exorbitante para beneficiar al complejo industrial norteamericano e israelí, dos países que ni siquiera son aliados estratégicos y que han votado contra los intereses argentinos en las islas Malvinas en el seno de las Naciones Unidas. Si ésta es la ansiada "inserción" internacional que tanto pregona el macrismo vemos que rumbea por el peor de los caminos, el de la alineación incondicional con la potencia militar más agresiva que registra la historia moderna y que nos diera la espalda en el único episodio bélico que protagonizó nuestro país hace exactamente 35 años al confrontar con Gran Bretaña por aquel archipiélago austral.
Si la economía argentina se encontrara rebosante de salud, con inversiones productivas llegando desde todo el mundo, ocupación plena y aumento constante del poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones se podría entender una discusión pública sobre la necesidad de comprar armamento siempre y cuando hubiera en el horizonte alguna hipótesis de conflicto externo -real y no inventada- que justificara la defensa del territorio nacional. Muy lejos de todos esos presupuestos, esta decisión aparece en la misma línea de sumisión con Washington que mostraban las dictaduras militares del siglo pasado o las "relaciones carnales" que desplegara el menemismo. El afán por agradar al país del norte acaba de dar un paso gigantesco: ya no solo se trata de llenar de funcionarios sonrientes la embajada de EE.UU. el 4 de julio sino de gastar una fortuna en armas. El dinero que se le niega a los docentes y científicos, a las economías regionales, al sostenimiento de tarifas para que no castiguen los bolsillos populares allá va rumbo al país más poderoso del mundo, para que los más grandes fabricantes de armas -y fabricantes de guerras para venderlas- aumenten sus ya obscenas ganancias. ¿Se animará el Congreso a poner un freno a este despropósito?

 

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