Viernes 12 de abril 2024

Cuando la integración traspasa las fronteras

Redaccion 21/08/2021 - 21.08.hs

Todos los conflictos recientes entre pampeanos y mendocinos por el manejo de los recursos hídricos tienen como contrapartida el ejemplo del trabajo de integración a través del Paso Pehuenche.
Se trata ni más ni menos que de una clara demostración de lo que puede representar la necesidad de mostrar que unos y otros, más allá de las fronteras, necesitan una sumatoria de voluntades que lleve al progreso de las comunidades.
La nueva reunión para avanzar en el proyecto muestra además una iniciativa que surge desde abajo hacia arriba, de la que deberán tomar debida nota las autoridades, sobre todo las mendocinas, que esta misma semana demostraron que quieren seguir avanzado por un camino unilateral que la lleva a desembocar en un lugar mucho más lejano que un horizonte de integración: la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Un alentador proyecto.
Resulta muy interesante que a ambos lados de la frontera interprovincial se compartan las ansias de progreso y que la cuestión interese por igual a funcionarios y empresarios, preocupados por retomar todas las gestiones que se vieron frenadas por la pandemia. En este punto no priman banderías políticas ni conveniencias sectoriales. La idea es buscar una mejora en la calidad de vida de pueblos hermanos, que piensan en la forma de complementar esfuerzos con el objetivo del bien común.
Está claro que no será rápido ni fácil el camino que habrá que desandar, pero hay que tener en cuenta que si hay una unidad de criterios para sumar voluntades obviamente que todo será menos complicado.
La idea es coordinar una agenda sobre temas de integración y desarrollo regional entre rutas de Mendoza y La Pampa, a través de un corredor bioceánico Paso Pehuenche-Bahía Blanca para mejorar las prestaciones en materia turística, económica, deportiva, educativa, cultural y social. Por esas vías de comunicación transitan a diario trabajadores de la industria petrolera, puesteros y prestadores de servicios turísticos, entre otros.

 

Política de Estado.
No hay que olvidar que La Pampa ha impulsado desde hace años y desde el más alto nivel gubernamental todas las negociaciones posibles para la concreción de este proyecto.
Es que el Paso Pehuenche ha sido siempre una política de Estado para La Pampa. Desde la década del ’60 se vislumbró que esta provincia era un territorio imprescindible para la concreción de un corredor bioceánico entre los puertos del Atlántico y sus pares del Pacífico. Y desde aquel momento, los gobiernos provinciales intentaron sustentar política y económicamente aquella intención pero siempre se confrontó con los intereses de los grandes capitales nacionales y también con los de los propios mendocinos que priorizaban los beneficios financieros que otorgaba un solo paso internacional entre Argentina y Chile: el del Cristo Redentor. Es decir, a Mendoza no le interesaba desarrollar el sur de su propia provincia y a la vez, a la Argentina le interesaba fomentar más los puertos de San Nicolás y Buenos Aires que los de Bahía Blanca y San Antonio Oeste, sea por cuestiones políticas o por intereses económicos de inversionistas nacionales y extranjeros.
La Pampa tiene además un factor importante para el desarrollo del corredor que es visto con gran interés por las autoridades chilenas, no solo por el Paso Pehuenche sino también por la utilización de la Zona Franca de General Pico, que le permitiría a la producción chilena salir hacia Europa con sus productos sin aranceles. Fue por esa cuestión que tiempo atrás la provincia fue incorporada al Comité de Integración, teniendo en cuenta que ofrece las condiciones necesarias para comercializar productos manufacturados e industriales.
Por eso adquiere relevancia este acercamiento fronterizo con Mendoza. Es un mensaje de los pobladores a sus autoridades, del que deben tomar nota, para entablar canales de diálogo y entendimiento que seguramente serán más provechosos.
Porque queda claro que si Mendoza insiste en seguir decidiendo por su propia cuenta, como en el caso de la construcción de represas desconociendo la pertenencia a una cuenca interprovincial, volverá a encontrarse con el férreo rechazo pampeano que -a falta de un diálogo constructivo- terminará desembocando nuevamente en un planteo judicial para frenar semejante despropósito.
Así las cosas, en un futuro cercano se podría dar la gran paradoja de observar de qué forma se da una integración fronteriza a través de las rutas y una desintegración ambiental por negarse a compartir los recursos hídricos.
DANIEL ESPOSITO

 


' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?