Jueves 18 de abril 2024

De aquella aldea a esta ciudad

Redacción 22/04/2014 - 03.51.hs

Hoy Santa Rosa celebra un nuevo aniversario de su fundación, el ciento veintidós. La conmemoración resulta casi obligada para, más allá de los discursos de circunstancias, reflexionar sobre lo que es y lo que somos con relación a nuestra existencia dentro de su ámbito. Superado el siglo de existencia, con la cuarta o quinta generación vigentes, las reflexiones ya no pueden orientarse hacia el recuerdo pintoresco y entrañable de la antigua Santa Rosa aldeana, surgiendo entre el medanal territoriano y bregando por afianzar su condición capitalina en un territorio recién arrebatado al indio y con el anhelo latente de la llegada del ferrocarril.
Es que las circunstancias, y también el propio esfuerzo transformaron aquel pueblo grande de hace cincuenta años, donde todos nos conocíamos y la vida pasaba tranquila y laxa, en una ciudad dinámica, moderna, con todas las virtudes y defectos de esa condición. Los medios, la vocación, la modernidad han incluido a Santa Rosa dentro de la aldea global y, aunque seamos una pequeña partícula, el mundo también late con nosotros, y lo advertimos continuamente.
En este escenario, la ciudad nos obliga y nos reclama una mirada acorde con los tiempos, tanto en lo político como en lo social. Su misma índole de población en crecimiento ha traído a la vida cotidiana problemáticas que ni se soñaban medio siglo atrás: cuestiones urbanísticas, seguridad, abastecimiento, expansión... También un cierto distanciamiento entre las dificultades y los habitantes que deben lidiar con ellas; lejos ya de aquellos años de apasionamiento por la cosa pública que dieron páginas heroicas, y a veces también tristes, el ciudadano santarroseño apuesta a la intermediación de sus representantes políticos, por más que no siempre respondan a sus expectativas. Se diría que la efervescencia de la vida ciudadana, con sus múltiples componentes, se detecta, equilibra y reparte con la participación de cámaras sectoriales, medios de comunicación, instituciones intermedias de diversa índole que, todas juntas y en su diversidad, contribuyen a encauzar las aspiraciones de una aglomeración urbana que crece rápidamente, en algunos casos más que sus posibilidades.
Es un presente innegable y ante cuya evidencia hay que rendirse dándole las herramientas técnicas y políticas que lo encaucen y controlen. Pero esa dinámica no debe postergar en forma alguna (más bien al contrario: tenerse en cuenta como evidencia de un comienzo humilde) a la ya casi mítica Santa Rosa, aquella que necesitaba referenciarse como "de Toay" para precisar su poco conocida situación geográfica; aquella de "la tranquera magnética", desde donde el fundador invitaba a los pasantes del por entonces desierto a establecerse en un pedazo de tierra que era concreto y con vistas a un poblado que todavía era ilusión. Ese antecedente, esa carga histórica, junto con todo lo que vino después es el basamento espiritual de la ciudad moderna que hoy disfrutamos y a la vez nos preocupa.
Un aniversario es un recordatorio, grato cuando se trata de memorar los orígenes, proyección y actualidad del conglomerado urbano que alberga hoy nuestra vida material y espiritual.

 


' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?