Dos discursos grises

Los discursos que se escucharon en la apertura de los períodos legislativos en Santa Rosa, ya sea en el gobierno provincial como en el municipal, no fueron mejores que los de años anteriores. Se esperaba algún otro vuelo, dado que en ambos casos, es el cierre de ambas gestiones. Sobre todo en la provincial, donde el gobernador Oscar Mario Jorge ya no tiene la posibilidad de la reelección.
Los dichos de Jorge fueron una larga seguidilla de datos económicos y realizaciones desde que está en el gobierno. No hubo anuncios importantes en el tema de obras o iniciativas. Aunque también se debe considerar, que como indicó el mandatario a la prensa el día siguiente, los proyectos son dados a conocer durante la presentación del Presupuesto de cada período. Y que además hay en marcha, o se han ya anunciado, algunos de envergadura como el nuevo hospital de alta complejidad, el gasoducto del norte o la segunda parte del Acueducto del Río Colorado.
Sin embargo, se esperaba que en un año electoral, y donde se juega la continuidad en la interna del oficialismo de la línea que representa al gobernador, alguna definición política y más contundente.
En el caso de la municipalidad, las limitaciones del discurso del intendente tuvieron que ver con la falta de proyectos concretos. Uno de los anuncios fue la realización de 40 cuadras de asfalto, muy lejana a la promesa que había realizado apenas asumió de unas 400, y que nunca cumplió.
El gris fue el color que tiñó ambos alocuciones. Una realidad muy diferente, salvando las distancias, a lo que se había escuchado horas antes en el Congreso de la Nación en boca de la presidenta Cristina Fernández, tanto en vuelo político como en iniciativa gubernamental. Esto da una muestra de cómo es la situación de la política provincial.

Concurso poco transparente
Canal 3 anunció los ganadores de su concurso de programas para poner en pantalla durante este año. Durante el acto, su director habló de la etapa que vive la emisora desde hace unos años con la incorporación de una programación propia y la pluralidad de voces que se ha dado en el marco de la Ley de Servicios Audiovisuales. Esa compulsa estaría en directa relación con esa política.
Sin embargo, el llamado a concurso, si bien da una instancia de competencia en la búsqueda de mayor calidad en los programas a emitir y parece abrir la pantalla a realizadores externos, deja muchas dudas sobre la transparencia en su elección. No es que los programas elegidos no cumplan con los requisitos y hasta sean iniciativas interesantes. Si uno mira Canal 3, hay ciclos buenos, pero otros que no llegan a ese nivel.
Y llama la atención que a diferencia del ámbito nacional, como el caso del Instituto Nacional del Cine, donde el jurado es público y las actas donde se fundamenta la elección de un programa es conocida por todos los que concursaron, tanto ganadores como perdedores, esto no ocurre en el canal pampeano. Otras cuestiones suman elementos a la sospecha, como que haya dos ciclos de un mismo realizador en dos categorías distintas, cuando hace unos años esto no era permitido en las bases.
Cuando las reglas no son claras, y tampoco el criterio de elección se explicita, todo apunta a que puede haber una posible digitación en el resultado del concurso. Una cuestión reñida con el espíritu democratizador que promueve la nueva ley de medios que las autoridades de la emisora dicen respetar.