El debate sobre la reincidencia

La seguridad, como la economía, es uno de los temas prioritarios que aquejan al ciudadano medio en estos tiempos. Pero si los reclamos de soluciones a los problemas derivados de la actividad económica suelen estar dirigidos principalmente a las instancias nacionales, la cuestión de la seguridad siempre interpela más de cerca a las autoridades locales.
En las últimas semanas comenzó a discutirse una problemática que anteriormente era soslayada y no valorada en toda su dimensión a pesar de las estadísticas: la alta reincidencia de un grupo reducido de personas que cometen delitos, especialmente hurtos y robos. A través de este diario se pudo conocer que, aumente o disminuya la cantidad de hechos delictivos en Santa Rosa, la gran mayoría son perpetrados por un grupo de 25 personas bien identificadas por las autoridades judiciales y policiales. En cualquier comisaría los conocen porque rutinariamente son detenidos y trasladados a sus celdas, y también porque al recuperar la libertad no pasan muchos días sin que sean arrestados nuevamente.
Con ese dato presente, los informes policiales, de los que se nutren las crónicas periodísticas, que por lo general resguardan la identidad de los delincuentes detenidos, empezaron a mencionar a los involucrados, lo cual permitió comprobar con certeza la existencia de ese reducido núcleo delincuencial con un alto índice de reincidencia. Los nombres se reiteran, especialmente cuando se trata de hechos con niveles de violencia como asaltos a mano armada o los casos conocidos como "revientapuertas".
Este problema, entre otras aristas, ha provocado que no pocas víctimas de asaltos hayan desistido de hacer las denuncias correpondientes por temor a las represalias de los asaltantes que con tanta celeridad recobran la libertad.
La situación ha reactualizado un proyecto de modificación del Código Procesal Penal para que quienes reinciden en el delito, sobre todo con uso de armas, no queden de inmediato notificados en libertad luego de que el fiscal les inicie una causa, sino que preventivamente y al constituir una amenaza para la integridad de las personas, se los mantenga detenidos.
El reclamo viene escuchándose desde diversos sectores de la sociedad. Las cámaras empresarias, en un reciente documento demandando medidas para reactivar la economía, también pidieron medidas para frenar los asaltos a mano armada que con creciente frecuencia padecen no pocos comerciantes.
Desde la Justicia parecen haber despertado de su sueño con este debate que los tiene en el centro de la tormenta. Hace pocos días, dos primos, integrantes de la lista de los 25 principales reincidentes de esta capital, fueron detenidos y ahora están por ser llevados a juicio directo. Un procedimiento especialmente habilitado contra quienes son sorprendidos en flagrante delito, pero que la Justicia santarroseña prefería no utilizar hasta ahora.
Que los funcionarios judiciales hayan puesto su atención en aplicar la ley con una mayor cuota de compromiso, puede ser el inicio de la respuesta que reclama la sociedad para disminuir los niveles de violencia y delincuencia, sin caer en las soluciones demagógicas y autoritarias de la llamada "mano dura".