Viernes 12 de abril 2024

El fallo de Rafecas puso en silencio el griterío del 18F

Redacción 28/02/2015 - 03.59.hs

Emilio Marín - Ocho días más tarde del 18F, el juez Daniel Rafecas desestimó la estrafalaria denuncia de los fiscales Nisman y Pollicita. Así obligó a bajar los decibeles y tonos más energúmenos de la oposición judicial, mediática, empresaria y política.
Los aspectos jurídicos se conocieron en la versión sintética y el texto completo de la resolución de Rafecas, colgados el jueves en el sitio del Centro de Información Judicial (CIJ), de la Corte Suprema de Justicia.
Los términos más salientes han sido reproducidos hasta el cansancio por diversos medios de comunicación. A lo sumo, para tomar de puntos de partida, hay que recordar que en su escrito de 63 páginas el magistrado pulverizó los dos argumentos básicos de Nisman-Pollicita.
En primer término, la "Comisión por la Verdad" dispuesta por el Memorándum de Entendimiento con Irán (en pág.4 del texto de Rafecas hay un error pues lo da como firmado el 27 de enero de 2014, cuando ocurrió el mismo día y mes, pero de 2013).
Nisman aseguró en su estrambótica denuncia contra la presidenta que tal Comisión tenía por objetivo la impunidad de los cinco sospechosos iraníes por el atentado a la AMIA. En realidad el Memorando preveía integrar aquel organismo con cinco juristas de prestigio internacional, ni argentinos ni iraníes, para organizar audiencias en Teherán donde el juez Rodolfo Canicoba Corral pudiera tomar indagatoria a aquéllos. La Comisión podría formular preguntas y recomendaciones a ambas partes. La justicia argentina podía seguir su propio itinerario, luego de aquellos interrogatorios, para comenzar o no un proceso en en contra del quinteto persa. Hoy lo tiene vedado porque nunca les pudo tomar declaración y la legislación vigente impide los juicios "en ausencia". Parte de la oposición política argentina, vinculada con servicios de inteligencia extranjeros, propuso modificar leyes y realizar tales juicios en ausencia.
La opinión de Rafecas fue lapidaria. Tal "Comisión de la Verdad" nunca llegó a constituirse porque el Memorando no fue ratificado por notas reversales. Y en consecuencia, dijo, fue como una criatura que no nació. Añadió que el Memorando fue sepultado seis meses después, cuando la justicia federal lo tachó de "inconstitucional". En consecuencia, mal pudo tener efectos prácticos y menos aún penales.
En relación al segundo argumento de Nisman, de que la cancillería argentina quiso dar de baja las circulares rojas de Interpol que pesaban contra aquellos cinco iraníes, Rafecas también lo refutó. Se apoyó en las constancias del expediente y en otras pruebas, como las tres oportunidades en que Ronald Noble, ex titular de Interpol, señaló que Héctor Timerman había pedido la continuidad de tales circulares. Por añadidura, levantar las circulares no era una atribución del Palacio San Martín sino del juez competente por medio de la sección de Interpol en Argentina.
En cuanto a las "tarjetas rojas" fue evidente que Nisman directamente mentía. Y así lo dijo Noble.

 

Tiro en el pie.
Los argumentos de Rafecas fueron coincidentes con los expuestos por juristas de renombre en las semanas previas. Eugenio R. Zaffaroni, Julio Maier, Carlos L. Arslanián y Luis Moreno Ocampo, que componen un arco político variado, habían concluido en que los supuestos delitos imputados por Nisman ni siquiera encuadraban como tentativa de un delito.
El fallo del jueves asegura que respecto a CFK no se pueden poner en duda 20 años de sus críticas al atentado y de búsqueda de justicia para los 85 muertos, de denuncia al encubrimiento judicial y elaboración de diferentes propuestas, incluido el Memorando, para avanzar hacia el esclarecimiento de lo ocurrido. El estudio atento de las 289 páginas escritas por Nisman (Rafecas asegura que fue de autoría del fallecido) no acreditan ninguna línea, prueba, escucha, etc, que pudiera dar pie a semejante acusación contra Cristina.
Y otro tanto hace el juez respecto a Timerman, limpiando su buen nombre y honor de las barbaridades nismanianas, en algunos casos verdaderas mentiras como las comentadas sobre las "circulares rojas".
En cierto tramo Rafecas hace quedar a Nisman como un inútil, imbécil o funcional a los servicios. Es cuando cuestiona la escucha donde Alan Bogado, que se hace pasar por espía de la SIDE sin serlo, le dice a Jorge Khalil que él ha estado en Ginebra y Nueva York como parte de las negociaciones con Irán y la colectividad judía. El juez dijo que con sólo consultar en pantalla con la oficina correspondiente hubiera saltado que la única vez que Bogado salió del país fue en 2002. O sea que Nisman debía saber que tales afirmaciones eran falsas y lo mismo las incluyó en su acusación.
El golpe más contundente a la supuesta buena conducta del fiscal muerto lo dio Rafecas al citar dos escritos firmados por aquél en diciembre de 2014 y hallados en la caja fuerte de la UFI-AMIA. Esos papeles le fueron entregados al juez y éste pudo comprobar que en ellos el fiscal mantenía una posición de aval al gobierno, reivindicando lo actuado en cuanto a la búsqueda de aclarar el atentado a la AMIA. Nisman decía comprender incluso el sentido más modesto del Memorando para tratar de esclarecer lo sucedido, ante la resistencia del gobierno iraní a aceptar otras demandas de su par argentino.
O sea que aún en diciembre de 2014 Nisman mantenía su apoyo al curso seguido por el gobierno en relación con Irán, en base a un Memorando firmado casi dos años antes. Y dos semanas más tarde ese mismo fiscal presentaba un escrito delirante, acusando a la presidenta y otros funcionarios de un plan criminal de encubrimiento, imputándoles tres graves delitos.
Tamaña contradicción implica que el hiper errático (para decirlo educadamente) Nisman se había pegado un tiro en el pie.

 

Juez pro-israelita.
Clarín, La Nación y otros conspicuos integrantes de la oposición dijeron que a Rafecas lo habían apretado desde el gobierno. Una alocada lenguaraz aseguró que Wado de Pedro había negociado con el juez: fin del juicio político en el Consejo de la Magistratura a cambio de ese fallo benigno. El problema de los ladrones es que creen que todos son de su condición.
Al contrario de aquellas habladurías, Rafecas declaró a Reuters que había trabajado con pasmosa tranquilidad y nadie lo había presionado. Que hizo su trabajo basado en las leyes y el derecho. Y el cronista le cree, al cabo de la lectura atenta de su extenso fallo. Ya lo conocía de antes, de cuando fue testigo en la causa Vesubio I, en 2011, y por conversaciones que tuvo con él, en su despacho, sobre el caso de los dos diplomáticos cubanos desaparecidos en Buenos Aires en agosto de 1976.
Por valorarlo como un juez democrático resultó muy lamentable el estropicio que hicieron en su contra Amado Boudou y sus abogados en el marco de la causa Ciccone, dejándolo al borde de una destitución.
El juez probo tiene sus limitaciones políticas e ideológicas, que lo acercan a ciertas posiciones de Nisman. Es un admirador de Israel y fue invitado por el gobierno de Benjamin Netanyahu a participar del acto y dar una conferencia en el Museo del Holocausto de Jerusalén, el 29 de abril de 2014. Él lo cuenta en su escrito del jueves. Ha sido orador en los actos organizados por las cúpulas de la AMIA y Daia, entidades que encubrieron el atentado y fueron feroces detractoras del Memorando, según Memoria Activa. Ha recibido premios de esas entidades y de organizaciones internacionales ligadas al sionismo como B´nai B rit´h, cuyo presidente y vice visitaron Buenos Aires en mayo de 2014. "La Nación" recogió sus declaraciones contra Irán y el Memorando. "Ambos representantes de B'nai B'rith consideraron importante que la Argentina estreche relaciones bilaterales con Estados Unidos para atender problemas comunes en la región como la seguridad y el narcotráfico; 'Las relaciones deberían ser más cercanas, considerando los valores comunes de ambos países'", se leía allí.
Rafecas refleja ese punto de vista pro-israelita. Al referirse a Irán emplea once veces la expresión "régimen iraní". Para él, el Memorando ya es inconstitucional, como si no importara la apelación del gobierno nacional que deberá resolver la Corte Suprema. Un acuerdo de la cancillería, convertido en ley del Congreso, declarado ilegal por el Partido Judicial, ¿eso le parece correcto a Rafecas?
El juez dice que el atentado de 1994 fue cometido contra la comunidad judía, cuando en otra parte precisa que las víctimas fueron argentinas, o sea independientemente de su fe religiosa. Él dice ser un católico salesiano pero es evidente su simpatía con el judaísmo, a tal punto que en la parte final de su escrito afirma que el atentado fue realizado por el "mal absoluto antisemita". Eso es temerario pues supone acusar a iraníes y otros reputados como "antisemitas", cuando varios investigadores estiman que pudo ser un autoatentado o un bombazo de afectados por bancos israelitas en negocios de lavado del narco-tráfico. Allí Rafecas se aleja del derecho y cede a su inclinación hacia el sionismo.
Que un juez cercano a los puntos de vista israelitas haya rechazado en todo la denuncia de Nisman demuestra que ni siquiera esos magistrados, si son honestos, podían dar curso a una denuncia tan falsa inspirada por el Mossad y la CIA. El alboroto del 18F tuvo que hacer un minuto de silencio.

 


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