El peso de los históricos en el PJ
Lunes 04 de marzo 2024

El peso de los históricos en el PJ

Redacción 07/07/2015 - 03.29.hs

Las elecciones internas en la provincia volvieron a ratificar la vigencia de las figuras históricas del peronismo. El senador Carlos Verna, en alianza con Rubén Marín, se impuso con holgura en la provincia y el gobernador Oscar Jorge ratificó su primacía local al volver a ganar por cuarta vez en "su" territorio capitalino. Es decir, brilló por su ausencia el tan mentado recambio dirigencial, un tema que había ganado un lugar destacado en el debate preelectoral del justicialismo.
Paradójicamente, en donde sí lo hubo fue en la otra gran vereda política de la provincia -el frente electoral que integra el radicalismo- con el triunfo de Leandro Altolaguirre sobre Pedro Salas, sin que en este espacio la cuestión del trasvase generacional estuviera presente, al menos en los términos explícitos que se planteó en el PJ.
La amplia victoria del vernomarinismo vino a confirmar que sigue teniendo fuerte presencia en las filas peronistas el atributo de la lealtad. No hubo consecuencias para el senador que con su abrupto abandono de la candidatura en 2011 dejó al partido en un trance tan difícil en aquellas elecciones generales. Verna recibió el 56% del voto de los afiliados y el 50% entre los independientes, una cosecha que ratificó su fortaleza frente a un candidato como Fabián Bruna a quien el apoyo explícito de la presidenta de la Nación y del candidato presidencial del FPV, dos figuras con muy buena imagen nacional, no le alcanzó para descontar la gran diferencia inicial con que arrancó la confrontación. Hasta en Santa Rosa, el bastión del jorgismo, Verna lo superó aunque por una diferencia menor. Tampoco necesitó más porque le bastó la contundencia del resultado en General Pico (76% contra 24%) para asegurarse una cómoda victoria general.
Otro aspecto que quedó confirmado el domingo fue el alto precio que terminó pagando Oscar Jorge con su desaire a Rubén Marín al empujarlo a una alianza con su tradicional adversario interno: Carlos Verna. La noche del festejo Marín no se privó de hablar de "ego personal" y "tozudez".
La distribución territorial del poder quedó equilibrada entre el jorgismo y el vernomarinismo. Será todo un desafío para los primeros mantener esos enclaves conociendo las frágiles economías comunales y su fuerte dependencia de la "caja" del Centro Cívico, que es capaz de quebrar alineamientos y provocar cambios súbitos de divisa. En el terreno de los municipios, precisamente, sobresalieron las resonantes caídas de dos intendentes. Luis Larrañaga en Santa Rosa y David Bravo en 25 de Mayo fueron relegados con números inapelables por cuestionamientos que, todo indica, apuntan a la gestión.
Cómo se reacomodarán las piezas en el tablero de ajedrez del peronismo pampeano es, quizás, una de las preguntas clave de estos días. Si bien una interna sirve para despejar dudas sobre las correlaciones de fuerza, aún quedan dos instancias electorales que también tendrán incidencia: las PASO de agosto y las generales de octubre, ambas de concurrencia obligatoria. Lo que sí puede anticiparse es que, de no cerrarse las heridas abiertas por una puja interna que no registra antecedentes por su alto voltaje confrontativo, difíciles tiempos pueden aguardarse. Como ya se señalara en esta columna, un eventual escenario con comuna capitalina jorgista, gobierno provincial vernista y nacional kirchnerista no presagia calma. También habrá que seguir con atención una Legislatura en donde se sentará media docena de diputados del jorgismo.
Las primeras declaraciones escuchadas permiten abrigar esperanzas. Todos bajaron el tono confrontativo que había prevalecido en las horas previas al acto electoral y hablaron de "unidad" y de "tender la mano" entre los adversarios. Claro que no dejan de ser palabras y que en el terreno de los hechos no siempre estas expresiones de deseo se concretan tan fácilmente en la arena política.

 


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