Jueves 11 de abril 2024

En vez de bolsos, cuentas off shore

Redacción 17/02/2018 - 01.01.hs

Otro funcionario del gobierno nacional fue involucrado en una denuncia por integrar sociedades off shore que esconden fortunas sin declarar. Esta vez le tocó el turno al subsecretario general de la Presidencia quien, según publicó el diario El País de España, fue descubierto en una maniobra de ocultamiento de 1,2 millones de dólares en un banco de Andorra, el pequeño país ubicado en los Pirineos que hasta el año pasado mantenía un rígido secreto bancario.
Desde que saltó la investigación de los Panamá Papers por parte del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, que involucró al propio presidente de la Nación, vienen sucediéndose nuevas denuncias que suman a otros altos funcionarios del gabinete nacional. Quizás por ese motivo -la gran proliferación de descubrimientos y de nombres involucrados- para los grandes medios porteños esas revelaciones han dejado de ser noticias dignas de mención. Aunque sí mantienen el vivo interés de siempre en cada uno de los casos que involucra a la administración anterior.
Esa doble vara para medir la corrupción hoy es más evidente que nunca. Mientras las tapas de los grandes diarios siguen dedicando amplios espacios a los hechos del pasado, las nuevas revelaciones, que son más abundantes e involucran sumas más altas de dinero, son confinadas a las páginas interiores en donde ocupan espacios insignificantes.
Lo cierto es que el propio presidente, varios ministros, otros funcionarios y amigos y familiares muy cercanos a la cúpula del macrismo han sido sorprendidos in fraganti en la posesión de cuentas y sociedades en guaridas fiscales que omitieron exponer en sus declaraciones juradas de bienes al asumir sus cargos en el Estado. Desde luego, las explicaciones que ofrecen una vez puestos en evidencia sí cuentan con una gran cobertura en los medios amigos. Si no fuera tan grave provocaría risa el hecho de que, en la gran prensa oficialista, el despliegue informativo de las excusas es muy superior al del propio descubrimiento de los casos.
Hay que reconocer que la imagen del ex funcionario kirchnerista revoleando bolsos con millones de dólares por encima del muro de un convento es mucho más atractiva para la televisión que un papel en donde se muestra un depósito o un movimiento financiero en una sociedad escondida en algún paraíso fiscal. Incluso si en este caso los montos involucrados son mucho más altos.
En ambos ejemplos se trata de dineros ocultos que se fugaron del circuito legal y no tributaron impuestos. Pero la gran diferencia es que el rústico embolsador de fajos de dólares hoy está preso -aunque todavía la Justicia siga sin revelar qué empresas le pagaron esa fortuna en coimas- mientras que los fugadores de divisas de guante blanco siguen gozando de su libertad y el buen trato mediático.
A través de sofisticadas maniobras que son realizadas mediante complejos mecanismos financieros y sin ensuciarse los dedos tocando billetes, se han fugado sumas equivalentes a miles de aquellos bolsos. Pero el periodismo oficialista -y todavía buena parte de los argentinos- sigue sosteniendo que unos "se robaron todo" y otros son carmelitas descalzas.

 

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