Miércoles 10 de abril 2024

En el reino de la suspicacia

Redacción 28/11/2014 - 04.05.hs

La pelea interna en el peronismo pampeano no solo ha llegado a extremos desmesurados sino que ha contaminado todos y cada una de los actos de gobierno. Pareciera que no existe resquicio que quede libre de las sospechas que desparrama este enfrentamiento entre las tres cabezas de la hidra justicialista.
Ahora son los organismos de control del Estado los que han caído bajo la mirada suspicaz de los que protagonizan los cruces de golpes entre jorgistas, vernistas y en menor medida marinistas. En estos días se conoció que la Fiscalía de Investigaciones Administrativas ha puesto sus ojos sobre los responsables de la Subsecretaría y la Dirección de Cooperativas. Los sabuesos del fiscal sospechan, en principio, que las dos reparticiones están en falta por omisión ante el descalabro que viene mostrando desde hace varios años la cooperativa eléctrica de 25 de Mayo. Las tareas de fiscalización no se estarían realizando con la diligencia y la eficacia que se espera de los órganos del Estado específicamente organizados para esa función ante una entidad que viene tambaleando y acumulando denuncia tras denuncia. El tema no es desconocido pues los medios de comunicación provinciales le han dado amplia cobertura a las serias irregularidades que sacuden periódicamente a la cooperativa veinticinqueña. Pero de lo que no se ha informado -y de ahí la inquietud de la FIA- es de las reacciones que debería aguardarse de las dos oficinas gubernamentales que tienen bajo su órbita la tarea de fiscalizar su funcionamiento. Antes bien, todo indica que ha habido pasividad en esos entes.Como este trámite de la fiscalía trasciende ahora, a pocas semanas del juicio político iniciado contra el entonces ministro de Obras Públicas y que finalizara abruptamente con la renuncia del funcionario, el avispero político se alborotó nuevamente. Los recelos mutuos que se tienen vernistas y jorgistas le han puesto leña al fuego y ahí van, entonces, los cascotes volando de trinchera a trinchera. Nadie dice que el debate sea negativo ni se propone una mirada timorata de la lucha en la arena política. Nada de eso. Sí se advierte contra la riesgosa tendencia que hoy se ha consolidado y es que todo el funcionamiento del complejo aparato estatal ha pasado a ser rehén de la interna del PJ que en ocasiones alcanza extremos de belicosidad sin precedentes.
Todo es mirado bajo el prisma de la interna. Todo es descifrado en clave de esa lógica que rige la lucha que hoy sacude los cimientos del mayor partido de la provincia. Nada escapa a esa mirada reduccionista que busca solo el rédito inmediato, de corto plazo, y desdeña ambiciones un poco más elevadas.
Así, los órganos de control de la provincia -la FIA y el Tribunal de Cuentas- deben desempeñar sus funciones en un ámbito contaminado por la suspicacia. Cualquier paso, cualquier medida es interpretado como parte de un complot para demoler a un funcionario, un legislador, una institución, y todo en función de las escaramuzas de la guerra de posiciones interna que sacude al peronismo.
Es demasiado importante la labor de ambos organismos como para ser degradada de esta manera.

 


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