Martes 19 de marzo 2024

Estado deficiente

Redacción 18/04/2015 - 04.20.hs

En una columna de esta semana se recordó algunos aspectos que hacen a servicios básicos del Estado y cómo su mala prestación ha quedado teñida por las sombras de la interna del oficialismo. Las viviendas sociales, la salud y la policía fueron ejemplos de casos en los que las gestiones provincial y municipal parecen jugar en torno a estos servicios una disputa que coloca de rehén a los ciudadanos.
Pero hay otros ejemplos que hablan de cómo el Estado deja de ser eficiente en muchos casos, afectando a todos, y ya nada tiene que ver en la cuestión los intereses sectoriales o partidarios.
La ciudad de Santa Rosa, por donde se la mire, está llena de baches. Y no son producto de las últimas tormentas, sino que vienen de arrastre desde hace varios meses. En una cuadra del barrio Colonia Escalante, para dar un solo ejemplo, en cien metros los autos tienen que esquivar cinco cráteres en la cinta asfáltica, algunos de dimensiones que llegan a extenderse en toda la mitad de la calle. La posibilidad de que los vehículos puedan dañarse lleva a los conductores a realizar maniobras para esquivarlos, lo que podría provocar algún accidente.
Otro caso sucede en una escuela. Las autoridades tuvieron que contratar a una empresa de limpieza para asear el establecimiento ya que las personas encargadas, empleadas administrativas del gobierno provincial, no lo hacían. Los niños y niñas que asisten a ese establecimiento, así como los docentes y padres y madres, son permanentemente advertidos por el personal contratado de que eviten arrojar papeles o ensuciar los pisos -cosa que deben considerarlo igualmente por educación- para evitar que los empleados de la empresa privada tengan más trabajo.
Estos son dos ejemplos, nimios y cotidianos, que involucran a cualquier ciudadano, con la mala gestión del Estado. Aunque parezcan ejemplos triviales, la administración pública es mucho más que llevar adelante la burocracia. Es sobre todo prestar a los habitantes servicios para mejorar su calidad de vida, y con algún nivel de eficiencia.

 

La presencia nacional
En este año electoral hay algunas temáticas que se están pensando relacionadas al gobierno nacional que dejará la gestión en diciembre próximo. Entre ellas los legados que dejará y las políticas públicas en marcha, muchos de los cuáles continuarán y otros serán gradualmente desestimados por la próxima administración.
Una cuestión a tener en cuenta en ese marco es la nueva función que ha cobrado el Estado en la vida social y económica del país. No solo a través de las reestatizaciones de organismos y empresas, sino también sobre su trabajo diario para beneficio de los ciudadanos.
Esto queda en evidencia en la provincia en la presencia y la tarea de algunos organismos nacionales, desmantelados durante los años noventa. Podrán funcionar mejor o peor, tener aciertos y errores, pueden estar sospechados de la incorporación permanente de personal que simpatiza con el gobierno de turno, pero están allí y con resultados palpables.
Ejemplo de esto lo encontramos en la delegación del Ministerio de Trabajo con las campañas contra el trabajo en negro y las inspecciones para regularizar empleados, en la puesta en valor del predio de Radio Nacional de la avenida Palacios o en la atención de la Anses en temas como la moratoria previsional para incorporar a nuevos jubilados o la extensión de planes como el Procrear. Solo para mencionar algunos de los organismos públicos de Nación y que funcionan en nuestro territorio. Esa presencia en la vida cotidiana y en los servicios prestados a cada ciudadano ha sido un cambio de paradigma novedoso y palpable para todos.

 


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