Domingo 17 de marzo 2024

Flexibilización salarial y endeudamiento público

Redacción 16/01/2017 - 01.02.hs

Julio. C. Gambina - Comienza el 2017 con anuncios de mayor endeudamiento para hacer sostenible el programa económico en un año electoral. Ante la ausencia de inversiones productivas se financia al capitalismo local con fondos externos.
La situación energética en la Argentina motoriza uno de los principales objetivos del gobierno, que apunta a atraer inversores externos para explotar hidrocarburos no convencionales y avanzar en la diversificación de la matriz energética, eólica y nuclear, entre otras. Para ello necesita ofrecer ventajas a las transnacionales de la energía con potencialidad de inversión en el país. El interés compartido entre empresas y Estado apunta al acceso a los bienes comunes a costa del saqueo y la depredación; y a la flexibilización salarial y laboral para achicar el costo de producción y evitar el conflicto social propiciado por los trabajadores de la energía en defensa de sus derechos.
El tema fue claro con el conflicto entre los trabajadores de Luz y Fuerza de Zárate con la empresa Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima que administra Atucha. En una solicitada denunciaron el desconocimiento de la organización sindical y señalaron que "hubo cambios de camiseta" pero no de política. Los nuevos funcionarios son los mismos de arrastre del gobierno anterior, que sienten el apoyo a la gestión desde la impunidad de la orientación pro-mercado, explícita en el gobierno Macri.

 

Reducir "costos".
La continuidad y profundización de la política energética se manifiesta en las renovadas expectativas que genera el yacimiento Vaca Muerta, afectado por la baja del precio internacional y por ende, necesitado de políticas de flexibilización laboral y reducción del costo de producción. El sueño de Vaca Muerta, como gran reservorio de hidrocarburos no convencionales, necesita de la reducción de costos laborales para asegurar una ecuación rentable a las empresas transnacionales presentes en los yacimientos y especialmente a quienes se quieren atraer al mismo. Es el camino del acuerdo Chevron e YPF durante la gestión anterior.
Con ese acuerdo el gobierno logra una plataforma de reconversión regresiva de los convenios colectivos, que resulta muy favorable para los empresarios y sus expectativas de ganancias. Sienta antecedentes para otras ramas de la actividad económica y no solo del petróleo.
José Rigane, secretario general de la Fetera (Federación de Trabajadores de la Argentina en la CTA Autónoma) dijo que estos acuerdos "apuntan a reducir el salario petrolero" y que "el objetivo es flexibilizar aún más el trabajo y habilitar el camino a la renta extraordinaria de las empresas." Sostiene que "Macri y las principales empresas petroleras impulsan una fuerte modificación al convenio colectivo de trabajo para Vaca Muerta a fin de mejorar la "productividad" empresaria reduciendo "costos laborales", eliminando "remuneraciones adicionales", con "baja de personal en los equipos de perforación", "recorte del salario básico", "habilitación de la multifuncionalidad", entre otros aspectos negativos. Recordemos que la estrategia del gobierno apunta a la modificación regresiva de los convenios laborales, a la reducción del costo salarial y en general a contener el conflicto y subordinar la fuerza de trabajo a las necesidades del capital.

 

Nueva deuda pública.
Dada la incertidumbre del mercado financiero mundial ante la próxima asunción de Donald Trump el gobierno salió a tomar deuda pública al comienzo del año. La información oficial destaca una operación de préstamo con seis bancos privados (Santander, BBVA Francés, Citibank, Deutsche Bank, HSBC y el JP Morgan) a una tasa de 3,8% y por 6.000 millones dólares. Se anuncian también nuevas licitaciones de bonos por 7.000 millones de dólares antes de finalizar enero. Se festeja el acceso al mercado mundial de créditos y se silencia el crecimiento de la hipoteca sobre los recursos fiscales y las reservas internacionales. Argentina encabeza el ranking de tomadores de deuda en el mundo y lo hace sobre la base de la baja relación de la deuda sobre el PBI, que pese al elevado endeudamiento bajo la gestión de Macri, se estima alcanzará el 58% para este año.
Durante años hemos sostenido la necesidad de investigar la deuda y mientras tanto suspender los pagos, ya que la hipoteca de la deuda se construyó en ciclos de endeudamiento que se recrean sistemáticamente desde su origen reciente en tiempos de la dictadura genocida (1976-1983) y la década de la convertibilidad (1991-2001); y otros periodos de cancelaciones parciales y renegociaciones (todos los turnos presidenciales renegociaron vencimientos de deuda) que solo sirven para retomar una política de beneficio a los acreedores y condena al país a cancelar deuda contra las necesidades de la población.
Con endeudamiento o desendeudamiento, los favorecidos son siempre los acreedores externos y grandes especuladores. Recoremos que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner señalaba que "en estos 12 años, hemos pagado entre deuda a tenedores de títulos privados y organismos multilaterales de crédito, 145 mil millones de dólares sin acceder a financiamiento externo, con trabajo y esfuerzo de todos los argentinos". Argentina retomó la senda del endeudamiento en simultáneo con los problemas de crecimiento de los últimos años, agravado en la coyuntura recesiva bajo la gestión Macri.

 

Contra la dependencia.
El país no puede funcionar sin el ingreso de divisas y ante la ausencia de inversiones se acude a los préstamos. Ambos mecanismos, las inversiones o el endeudamiento son formas de recreación de la dependencia y subordinación del orden local al capitalismo mundial. Resulta necesario confrontar la actual ofensiva del poder hegemónico en la Argentina que al profundizar la dependencia, potencia la depredación de los bienes comunes y genera condiciones de mayor precariedad y explotación de la fuerza de trabajo. La realidad demuestra que la ofensiva se consolida en tanto no se generen condiciones sociales de masividad y conciencia para construir alternativa política más allá de la crítica al gobierno actual, lo que requiere confrontar con el orden capitalista. (Rebelión).

 

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