Martes 16 de abril 2024

Habemus frente

Redacción 24/04/2015 - 03.25.hs

Luego de trabajosas negociaciones entre la máxima dirigencia provincial de la Unión Cívica Radical y del PRO hubo fumata blanca. Acordados los términos del binomio que irá por la gobernación, las bancas en la Legislatura provincial y la forma en que se dirimirán las candidaturas municipales en las localidades del interior pudieron mostrarse por fin los rostros distendidos para las fotografías. El programa, el nombre del nuevo frente y la alineación con las candidaturas nacionales para las PASO también estaban siendo acordados, con lo que logró garantizarse la presentación pública del acuerdo.
Las fuerzas que acompañan al radicalismo en el Frepam ya adelantaron que se sumarán a este nuevo armado. Los socialistas tienen su congreso en las próximas horas y, si bien hubo voces que se opusieron a este acuerdo por la presencia indigesta de la derecha macrista, se descuenta su acompañamiento orgánico.
No es una buena noticia para el justicialismo que viene sacudido por una interna desbordante de enconos y desencuentros. Y con el vergonzante antecedente de desviar votos hacia otras fuerzas cuando llegó a elecciones con heridas provocadas por la lucha sin cuartel puertas adentro. Que lo digan, si no, las huestes del PRO que supieron cosechar ese voto centrífugo hace apenas dos años.
Aunque también es cierto que ésta no es una elección legislativa sino una general y que por tal motivo se pone "toda la carne en el asador". Está en juego nada menos que el gobierno de la provincia, y ese objetivo es un estímulo más que poderoso a la hora de pelear el voto. Pesa muy fuerte la tradición imbatible del justicialismo desde el retorno de las instituciones en 1983. Aunque en ese lapso no faltaron comicios en que los candidatos nacionales y legislativos de otros partidos políticos se impusieron y obtuvieron más votos que los cosechados por el peronismo local.
Este conjunto de ingredientes le otorga un sabor especial a estas elecciones. No puede desdeñarse, en este escenario, el sordo reclamo de buena parte de la sociedad que aspira a una mudanza de ocupantes en el Centro Cívico. Hasta ahora esas intenciones de cambio han podido ser neutralizadas por la potencia electoral del peronismo. Para lograr el objetivo supremo de perpetuarse en el poder, el PJ tiene a su disposición la estructura del Estado, un aliado con muchos recursos económicos y muy eficiente a la hora de seducir al electorado, y por vías no siempre legítimas.
Ese deseo de cambio presente en buena parte de la ciudadanía pampeana es el que deberá estimular el nuevo frente electoral si se propone en serio el objetivo de derrotar al PJ. Pocas veces como ahora se ha visto a las fuerzas opositoras remando con tanta determinación para cristalizar esa aspiración. Cuenta para ello con una figura política con buena imagen y nivel de aceptación como lo es el ex intendente de Santa Rosa. Y a su lado con un ex futbolista popular que apenas decidió lanzarse a la política logró un respaldo electoral que lo llevó al Congreso Nacional.
En el debe, está la deriva hacia una derecha que, en el orden nacional, tiene al jefe del macrismo como representante cabal de ese campo ideológico. Pero -mal de muchos...- atenúa ese déficit el mismo problema que afronta el peronismo, con sus candidatos corridos hacia ese lateral de la cancha.

 


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