Martes 16 de abril 2024

"Incompatible con la dignidad humana"

Redacción 25/04/2018 - 02.29.hs

Así calificó el Relator de la ONU que visitó Argentina, el estado en que encontró los lugares de encierro y las condiciones que allí padecen los detenidos.
Irina Santesteban - Nils Melzer es el Relator Especial sobre Tortura de las Naciones Unidas, quien visitó nuestro país desde el 6 hasta el 20 de abril. En su informe final, fue muy duro al calificar de "violatorias de las normas internacionales" las condiciones en las que se encuentran los detenidos en las cárceles y también las personas internadas en instituciones psiquiátricas.

 

Superpoblación carcelaria.
Lo primero que detectó, que constituye una de las causas más directas de las pésimas condiciones en los lugares de encierro, es el exceso de población. En algunas cárceles, hay celdas con 4 camas en las que se encuentran detenidas hasta 12 personas, constituyendo una situación denigrante para la condición humana y detonante de mayor violencia al interior de las cárceles.
En la provincia de Buenos Aires, esta situación se repite también en las comisarías, donde la superpoblación alcanza al 276 por ciento. En cifras, las comisarías bonaerenses tienen capacidad para 1.003 presos, pero albergan a 3.773 (La Nación, 18/04/2018).
En las cárceles bonaerenses la situación es similar: la población total es de 40.000 detenidos, con un exceso de 10.000.
La Constitución Nacional establece que éstas deben ser "sanas y limpias" y que deben servir para "seguridad y no para castigo" de los detenidos. Si se pretende la reinserción social de las personas privadas de su libertad, al momento de su liberación, la situación actual dista mucho de servir para eso.
Organizaciones como la Comisión Provincial de la Memoria y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) denuncian desde hace años la deplorable situación de los establecimientos carcelarios en la provincia de Buenos Aires, en las que se producen a diario violaciones a los derechos de las personas detenidas. La responsabilidad directa actual es de la gobernadora María Eugenia Vidal, pero es justo reconocer que no es una situación nueva, pues durante los dos mandatos de Daniel Scioli al frente de la provincia, estos problemas al interior de las cárceles ya existían y tanto la CPM como el CELS lo habían denunciado en varias oportunidades. Así surge de los informes conjuntos presentados en 2017 para el Examen Periódico Universal del país ante la ONU sobre la situación de las personas privadas de la libertad y la violencia policial.

 

Abuso de la prisión preventiva.
Para el Relator de Naciones Unidas, en Argentina los jueces aplican en exceso una medida que debería ser excepcional, como la prisión preventiva. Melzer pudo comprobar que el 60% de los presos en las cárceles del país no tienen condena firme, y por ello se pronunció en contra de aplicar esa medida ante cualquier sospecha de delito, porque provoca exceso de población carcelaria y porque es ilegal. Asimismo, criticó la falta de celeridad en la investigación penal o en el proceso judicial por parte de fiscales y jueces, con demoras que llegan hasta los cinco años.
En este sentido, la incidencia de los discursos que se emiten desde los medios de comunicación, del tipo "los delincuentes entran por una puerta y salen por la otra" provoca que haya una aceptación generalizada en la población sobre que es bueno que cualquier sospechado de un delito sea encarcelado, aún cuando el proceso se encuentre en etapa de investigación. La ley argentina sólo justifica la prisión preventiva en los casos que existe "peligro de fuga" o posibilidades ciertas de "obstaculización" del proceso judicial. Sin embargo, los porcentajes de presos sin condena, demuestran que una medida que debería ser excepcional, por el abuso que los jueces hacen de ella y por la acción de los medios que promueven políticas de "mano dura" provocando aceptación social, se transforma en habitual.

 

Violencia policial.
La actuación violenta de las fuerzas policiales y penitenciarias, que aplican malos tratos, humillaciones, vejaciones y torturas a los detenidos, fue otro de los puntos que el Relator incluyó en su informe preliminar.
En su recorrido por barriadas populares y villas de emergencia, Melzer escuchó las denuncias de vecinos que le manifestaron su protesta por las detenciones y traslados que realizan las fuerzas de seguridad en patrulleros y carros policiales, en donde son golpeados. El hostigamiento policial sobre los jóvenes para que confiesen delitos que no cometieron o para que denuncien a otras personas, sin pruebas contra ellos, también son moneda corriente.

 

Garganta poderosa.
En su recorrido por diversos barrios de Buenos Aires, Melzer se interiorizó del trabajo de organizaciones con base territorial, como La Garganta Poderosa. Elogió su actividad en sectores vulnerables, así como el accionar de los organismos de Derechos Humanos, y reconoció que Argentina "ha recorrido un largo camino desde el oscuro período de la Dictadura militar". Pero expresó su preocupación por los resabios de esa "arquitectura militar opresiva del pasado" que parece sobrevivir dentro de los sistemas carcelarios y de seguridad. (Página 12, 22/04/2018).

 

Mala nota.
El informe del Relator, constituye una nueva crítica al gobierno argentino en materia de Derechos Humanos, y al momento de contestar preguntas de la prensa en el centro de información de las Naciones Unidas, el pasado 20/04, dijo que encontró un panorama desolador para muchos detenidos, constatando torturas, hambre y largos períodos de encierro en comisarías.
Allí expresó que, durante las reuniones mantenidas con miembros de comunidades indígenas y habitantes de barrios marginales o de complejos habitacionales temporales en las provincias de Formosa y Córdoba y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires "recibí numerosas denuncias de violencia policial durante manifestaciones pacíficas contra el desalojo forzoso, o al intentar presentar quejas o pedidos de cualquier índole a las autoridades competentes".
Melzer recordó que Argentina es firmante de Convención de Naciones Unidas contra la Tortura, y por ello es grave que el representante de la ONU haya constatado una lista tan larga de vejámenes.

 


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