Viernes 12 de abril 2024

La calle se hizo oír

Redacción 20/04/2018 - 01.47.hs

I. El miércoles habló la calle y el gobierno nacional tuvo que dejar de lado su intransigencia a revisar la política tarifaria. En todo el país las ciudades mostraron movilizaciones que hicieron oír un reclamo unánime: basta de tarifazos. En plazas, avenidas, esquinas se dieron cita los ciudadanos para expresar a viva voz su rechazo a una agresión económica que ya desbordó a los más pacientes e incluso a quienes votaron por Cambiemos y no pertenecen al selecto club de los que vienen ganando con este modelo económico.
En nuestra ciudad también hubo movilización y marcha por las calles. Muchos vecinos se convocaron el miércoles por la noche en la plaza San Martín donde todas las consignas apuntaron en la misma dirección: la política de un gobierno central que no se sensibiliza por las penurias que provoca a las mayorías populares. Todos coincidieron, y después se plasmó en el documento que se presentó en el Centro Cívico, en que los siderales aumentos en los servicios públicos asfixian a las familias, las Pymes y los comercios locales. Por esa razón los organizadores del acto solicitaron al gobierno provincial que decrete la "emergencia tarifaria" y ponga en marcha medidas que contribuyan a mitigar los efectos nocivos en el territorio provincial.

 

II. En la Capital Federal en tanto el oficialismo dejaba sin quórum el recinto de la Cámara de Diputados acorralado por una oposición que esta vez logró lo que muy pocas veces antes: unirse con propuestas coincidentes para corregir la política tarifaria que pega fuerte en los sectores medios y bajos generando un creciente malestar social. Con sus aliados del radicalismo y de la Coalición Cívica, y un presidente de la Cámara que esperó solo ocho minutos -frente a otros temas "aguantó" mucho tiempo más- el macrismo logró boicotear la iniciativa opositora y patear la pelota para adelante. Desde los partidos de la oposición adelantaron que la semana que viene, si antes no llega desde el Poder Ejecutivo alguna respuesta alentadora, volverán a insistir.
El ruido creciente de la calle y del recinto legislativo terminó de convencer al gobierno que debía abandonar su obstinada negativa inicial y buscar formas de descomprimir la presión. Es probable que en esta decisión haya jugado el recuerdo de las grandes movilizaciones de diciembre pasado cuando centenares de miles de personas en doble turno -al mediodía con una gran agitación sindical y a la noche al son de las cacerolas- hicieron temblar la Capital Federal al expresar su rechazo por la reforma previsional que podó los haberes jubilatorios.

 

III. Para disimular un poco la reculada algunas voces del macrismo volvieron a enarbolar el remanido argumento de la "pesada herencia" kirchnerista rompiendo aquella promesa -otra más- formulada meses atrás. En esa oportunidad desde el oficialismo se reconoció que, pasada la mitad del mandato de Cambiemos, ya no cabían más excusas para justificar los desaciertos ni correspondía seguir echando la culpa de todas las patinadas gubernamentales a la administración anterior. Parece que duró muy poco el impulso de aquella pretendida autocrítica y el macrismo volvió a practicar su deporte favorito: descargar responsabilidades de los errores propios en un pasado que cada vez está más lejos aunque no quieran admitirlo.
Por estas horas se ignora cuál será la propuesta que llegará desde el Poder Ejecutivo, si apelará a medidas concretas y razonables en favor de los castigados bolsillos de los sectores populares o apelará a su creatividad publicitaria para salir del paso con alguna estrategia mediática.
Se dice que éste no es un año electoral y por lo tanto el macrismo dispone de más aire para apretar con su plan de ajuste como lo viene pidiendo el FMI. Sin embargo el malestar social no para de crecer y se manifiesta en la calle con fuerza creciente. La pulseada entre ambos actores -la vieja lucha de clases diría un marxista- está por definirse.

 

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