Lunes 15 de abril 2024

La "herencia" no fue tan pesada

Redacción 15/09/2016 - 02.39.hs

El gobierno nacional prefirió, por un momento, olvidarse de su caballito de batalla preferido, el de la "pesada herencia" del gobierno anterior, y destacó con entusiasmo la virtudes de nuestro país. En el foro económico que organizó en el otrora repudiado Centro Cultural Kirchner -que deslumbró a los visitantes- se entregó un informe a los poderosos empresarios extranjeros en donde se realzan los logros que consiguió Argentina durante los últimos años.
En el documento se menciona que el nuestro "es el país número uno en el ránking de desarrollo humano e índice de educación en la región", que es "la tercera economía" en el continente y que posee "el segundo PBI per cápita más alto de la región". El texto también elogia la calificación de los trabajadores argentinos al destacar "la mano de obra de primer nivel, reconocida por su capacidades técnicas, creatividad y versatilidad". No deja de mencionar el informe que Argentina posee el índice de Gini más bajo de la región, aunque este punto solo figuró en la versión en inglés y no en la que se distribuyó en castellano. Este indicador revela que nuestro país es el que más equitativamente distribuye la riqueza producida entre todos sus habitantes.
A primera vista surge que este paisaje que pinta el macrismo a los visitantes de todo el mundo que llegaron para participar del encuentro de negocios, poco y nada tiene que ver con la fatigante muletilla de la "herencia" recibida del gobierno anterior. Con esa descalificación Cambiemos atacó al kirchnerismo -antes y después de la campaña electoral- y lo acusó de dejar el país en una situación de desastre.
Pero no es ésta la primera vez que el gobierno nacional incurre en semejante contradicción. En el mes de abril de este año, cuando se envió una delegación a Estados Unidos para atraer inversiones, también se elaboró un informe destacando las virtudes de nuestro país -en términos muy similares al que se acaba de presentar ahora- que desmentía de raíz las quejas del macrismo por los resultados obtenidos por el gobierno anterior.
El marketing mediático, que fue la base de sustentación de la campaña electoral de la alianza macrista, continuó a todo vapor luego de que asumiera el gobierno tras imponerse en las elecciones, incluso con mayor énfasis. El objetivo central de esa estrategia de posicionamiento fue desacreditar todos los logros del kirchnerismo y poner en duda los avances que se lograron en materia de desarrollo científico, educativo, laboral o tecnológico. Pero hoy, cuando el macrismo está urgido a mostrar hechos y no palabras, se ve obligado a dejar de lado aquellas imputaciones que han quedado expuestas como lo que realmente son: falacias para la tribuna. En esa necesidad de sincerarse -otra palabra muy cara a la fantasmagoría del "cambio"- ante una platea de hombres de negocios pragmáticos que demandan realidades en lugar de ilusiones, tuvo que apelar a un discurso muy diferente para convocar las ansiadas inversiones. Y llegó al extremo de mencionar el principal logro del gobierno anterior -que choca de frente con la base ideológica del macrismo- que fue la inclusión social y una más justa redistribución de la riqueza. Nada menos.

 

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