Jueves 04 de abril 2024

La medida de la desidia

Redacción 14/12/2017 - 01.55.hs

Casi nueves meses -un parto, según la expresión popular- es lo que llevan sufriendo las poblaciones y los productores rurales ubicados sobre la ruta nacional 35. Esa estratégica carretera todavía está lejos de poder recobrar su calidad de columna vertebral del este pampeano pues los alteos que realiza Vialidad Nacional aún hoy no garantizar el normal desplazamiento de los vehículos. En el caso de la desbordada laguna Chadilauquen, en inmediaciones de Embajador Martini, solo se permite el tránsito por una mano; hacia el sur, entre Eduardo Castex y Winifreda, el "arreglo" no merece llamarse así pues se encuentra en pésimo estado de transitabilidad. En verdad, solo la obra que se ubica en el Bajo Giuliani presenta un aspecto diferente aunque en este caso no está a cargo de la DNV sino del gobierno provincial que acordó con su par nacional asumir la reparación ante la queja de los empresarios santarroseños por los perjuicios que el corte les generaba.
Este estado de cosas no hace más que confirmar una dura realidad que viene padeciendo nuestra provincia desde hace mucho tiempo y que en los últimos dos años se ha agudizado: la muy escasa consideración que los pampeanos despiertan en el gobierno nacional. El distanciamiento entre ambas administraciones ahora tiene su origen en el distinto color político y es evidente que a pesar de que La Pampa se avino a firmar el pacto fiscal -como lo hicieron todas las jurisdicciones a excepción de San Luis- no se advierte por el momento un cambio que permita abrigar esperanzas.
Demorar durante tanto tiempo la finalización de dos obras viales que son cruciales para la economía pampeana y desligarse de una tercera cargándosela a la provincia a pesar de que es competencia exclusiva de la jurisdicción nacional habla a las claras de la escasa buena voluntad que hoy campea en el gobierno central. Dos testimonios de las complicaciones que esa actitud genera en La Pampa se pudieron leer en la edición de ayer de este diario. Un empresario hotelero castense y un productor rural de la zona de Embajador Martini fueron muy claros al explicar las complicaciones y las pérdidas económicas que están padeciendo en los últimos nueve meses. Hay un responsable directo de esa situación que es Vialidad Nacional y su ya conocida indolencia para encarar y finalizar el alteo de ambos cortes de la ruta 35.
Con tanta agua que ha pasado bajo el puente cabría preguntar -y no es una chicana- si en el último mes y medio las cosas hubieran cambiado de haber favorecido las elecciones legislativas a la alianza Cambiemos. Es que los pampeanos que se encuentran directamente afectados por la exasperante demora en la finalización de los arreglos de la ruta, no dejan de señalar que se sienten olvidados por el organismo vial nacional y no encuentran respuestas alentadoras cuando le dirigen sus consultas.
Los daños fueron provocados por las fuertes lluvias del mes de abril. Desde ese momento hasta ahora las reparaciones en las rutas provinciales fueron comenzadas y finalizadas por el organismo vial pampeano. En cambio en las nacionales todavía siguen los problemas. Esa diferencia es la medida de la desidia de Nación.

 

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