Viernes 12 de abril 2024

La paja en el ojo ajeno

Redacción 17/08/2019 - 01.25.hs

Las recientes declaraciones del gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, dan cuenta del desconcierto que reina en las filas del radicalismo luego del porrazo electoral del domingo último. El presidente del Comité Nacional de la UCR, en un raid periodístico, tuvo expresiones de inusitada violencia verbal al hablar de "gurkas del kirchnerismo que están fogoneando para que Macri se vaya escupiendo sangre" sin considerarse obligado a presentar alguna prueba de semejante acusación.
La dura derrota en las PASO parece haber alterado los nervios de la dirigencia de la Alianza Cambiemos. Primero fue el Presidente de la Nación quien, al día siguiente de las elecciones se mostró en pleno ataque de furia culpabilizando a la ciudadanía por votar en contra de los "mercados" y amenazando con un futuro de padecimientos por ese pecado de lesa democracia. Su posterior enmienda y pedido de disculpas por "una noche sin dormir" no alcanzó para reparar la pésima impresión provocada. Hasta los periodistas más cercanos al gobierno juzgaron que, de las dos puestas en escena, la más creíble, la que exhibió la verdadera naturaleza de Macri, fue la primera.
Peor fue lo sucedido con la otra figura estelar de la coalición gobernante, Elisa Carrió. En un par de intervenciones la diputada mostró su habitual incontinencia verbal, agravada esta vez por apelaciones ominosas del tipo: "nos van a sacar muertos de Olivos" reforzadas con palabras de desprecio por el acto electoral del domingo del cual dijo que "no existió". Sus socios políticos la critican pero no la privan de micrófonos, pantallas y escenarios para que vomite sus delirios místicos y su autoritarismo antirrepublicano.
En oposición con estos desbordes de intolerancia, la dirigencia de la oposición dio sobradas muestras de mesura en sus intervenciones públicas. Lejos de la euforia y la exaltación -que podrían justificarse luego de una victoria tan contundente- los hombres y las mujeres del espacio que triunfó tan cómodamente el domingo aportaron la dosis de sensatez que le faltó al oficialismo derrotado. Por tal motivo la acusación del mendocino Cornejo, al hablar de operaciones destinadas a enturbiar el proceso eleccionario y perjudicar la retirada del gobierno, aparezca tan carente de fundamentos.
Más todavía, fueron muy visibles sus esfuerzos tendientes a responsabilizar a la oposición por el caos económico que sufre el país. Según su insólita interpretación Alberto Fernández es corresponsable del tembladeral casi al mismo nivel que el presidente Macri. Sin embargo, cuando un periodista le preguntó sobre su propia responsabilidad como máximo dirigente nacional de la UCR y partícipe de la alianza Cambiemos, reaccionó con enojo e intentó escabullirle al bulto con un argumento pueril: alegó que el radicalismo es "apenas" un socio electoral del gobierno y no participa de las decisiones.
Llamativa forma de hacer política la que muestra el gobernador cuyano. Un viejo refrán advierte contra esas personas tan dispuestas a observar la paja en el ojo ajeno a la vez que prefieren ignorar la viga en el propio.

 

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