La sociedad no es un rebaño
Domingo 03 de marzo 2024

La sociedad no es un rebaño

Redaccion 06/05/2020 - 21.47.hs

La militancia activa contra la cuarentena está alcanzando en nuestro país niveles de obscenidad. Estrellitas televisivas del periodismo, la política, la economía y la farándula suman sus voces en una suerte de comparsa variopinta en donde todos compiten por ver quién propone la medida más disparatada para terminar con el «martirio» del aislamiento social.
En el lote de los autodenominados periodistas se puso de moda mirar fijo a la cámara, poner cara de fastidio y lanzar propuestas dignas de un lelo. Sin mostrar un mínimo nivel de responsabilidad social, sin preocuparse por buscar y analizar datos fehacientes, estos aprendices de brujos se permiten citar de oído alguna terminología del ámbito académico y ni siquiera se molestan por confrontar esas «ideas» con quienes pueden hablar con autoridad: infectólogos, epidemiólogos, médicos sanitaristas, etc.
Entre las imbecilidades que lanzaron en los últimos días figura la expresión «inmunidad de rebaño» extraída del lenguaje científico. Ese concepto se utiliza en las ciencias médicas para hablar del fenómeno que ocurre cuando se produce un contagio virósico masivo que alcanza al 70 por ciento de la población. Dejar que se infecte semejante número de individuos provocaría -en la teoría- que el virus deje de circular y empiece a decrecer el universo de afectados. Por fortuna las autoridades sanitarias argentinas descartaron de plano ese plan macabro propuesto por esta comparsa de descerebrados. Los países que intentaron siquiera aproximarse a esa metodología fracasaron estrepitosamente. En Gran Bretaña, donde el primer ministro Boris Johnson lo propuso -y terminó él mismo afectado- la comunidad científica alertó que ese método podría causar más de 500 mil muertes. Por no actuar a tiempo con medidas protectivas los británicos pasaron a ser los que más muertos tienen entre los países europeos, desplazando del podio a los italianos.
En otro país que se cita como «ejemplo», Suecia, los números de víctimas fatales son muy superiores a los de sus vecinos: 274 muertos por millón de habitantes frente a Dinamarca (85), Finlandia (43) y Noruega (39) que tomaron medidas mucho más restrictivas.
Las autoridades sanitarias de EEUU se opusieron a esa «solución» pues para alcanzar la «inmunidad de rebaño» habría que dejar que se contagie el 70 por ciento de sus 350 millones de habitantes. Estremece pensar el número de víctimas fatales que tendrían.
Si esa «solución final» digna de una mente nazi se aplicara en Argentina implicaría que, sobre una población de unas 45 millones de personas, habría que dejar que se contagien más de 30 millones. Si el 20 por ciento de ese número necesita internación se requerirían más de 6 millones de camas. Si la mortalidad alcanzara el 1 por ciento de los infectados habría más de 300 mil fallecidos.
Hoy está muy claro qué sectores políticos y económicos se oponen a las restricciones sanitarias que impuso el gobierno nacional, a pesar de sus buenos resultados y de que, paulatinamente, comenzaron a flexibilizarse. Son los que miden todo, hasta las vidas humanas, con la regla del interés económico. Lo que sorprende es que sus gladiadores mediáticos derrapen tan feo en el lodo de la imbecilidad.

 

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