La disputa por los fondos

En las últimas semanas una discusión entre dos gobiernos en la provincia ha ido aumentando su intensidad por el nivel de las acusaciones y por lo que involucran las mismas. Desde el municipio santarroseño, el intendente Luis Larrañaga afirmó que la capital ha sido postergada por la administración provincial desde hace décadas y que esto repercute en la actualidad en algunos servicios que no funcionan como deberían. La postura del jefe comunal es novedosa, si lo analizamos en perspectiva. Si bien tenía diferencias con el gobernador Oscar Mario Jorge sobre la manera de gestionar la ciudad, comenzó a hacer públicas sus diferencias con el Ejecutivo provincial a partir de principios de año. Y fue cuando empezó a acercarse políticamente al senador Carlos Verna en la interna del justicialismo. Para Larrañaga, el gobierno provincial no ha ayudado a la capital y no remite los fondos suficientes a su administración, por lo tanto no puede avanzar en algunos proyectos. Un argumento que sirve además como justificación de que no haya podido hacer un mejor gobierno, si bien es notorio que los impedimentos a su gestión estuvieron relacionados sobre todo con su falta de experiencia en cargos públicos y los constantes conflictos generados desde que asumió el cargo en 2011.
Desde la Provincia el mandatario pampeano replicó sus acusaciones. Afirmó que se le ha enviado fondos constantemente en distintos momentos y hasta dijo que iba a mostrar las cifras para cerrar la cuestión. Lo mismo aseguraron el secretario de Asuntos Municipales y el ministro de Bienestar Social. Y enumeraron algunas de las obras públicas que se realizaron en los últimos tres años en la capital provincial.
Esta disputa, en momentos en que comenzó a jugarse la sucesión de Jorge, está teñida por la interna peronista. No solo es utilizada por Larrañaga como manera de diferenciarse del gobierno provincial, sino como forma de marcar diferencias entre ambas gestiones y los sectores políticos enfrentados. En ese sentido, Verna ha hecho hincapié en su campaña en el respaldo a los municipios y la descentralización de los dineros públicos para que sean gestionados por los intendentes. Jorge, en tanto, siempre tuvo una visión más centralista de la cuestión.
Más allá de la interna peronista, que "salpica" toda cuestión en un año electoral, hay una cuestión central en esta relación fallida entre ambas gestiones. Hubo obras públicas realizadas en la capital en los últimos años, pero fueron las que Jorge quiso, y no las que Larrañaga pretendía. Un ejemplo es el Medasur. Una imposición del gobernador en la ciudad que es capital provincial, pero sin tener en cuenta las necesidades municipales. De esta manera, cloacas y otros proyectos que tenía en mente el intendente, fueron también soslayados por la Provincia.
Este año hay renovación de autoridades. El gobernador deja su cargo al no tener la posibilidad de la reelección por impedimento constitucional. Larrañaga, de ganar la interna, podría competir de nuevo por la intendencia y buscar un nuevo período. Esperemos que esa relación de poderes en la misma capital provincial se modere en el próximo período gubernamental, ya que los únicos que quedan rehenes de esas peleas políticas y personales son los habitantes de Santa Rosa que ven postergado el progreso de su ciudad.