Lunes 15 de abril 2024

La Pampa sí tiene su historia

Redacción 22/08/2011 - 06.22.hs

La presentación del libro "Historia de La Pampa II" por parte del Instituto de Estudios Socio- Históricos de la Facultad de Ciencias Humanas de la universidad local, marca un hito que, acaso por cercano, no ha sido debidamente valorado.
En principio este complemento al primer tomo, aparecido no hace mucho, está indicando la seriedad y continuidad de un estudio emprendido dentro de una necesaria óptica regional y nacional que podría considerarse imprescindible para acercarse a la comprensión del todo en estos tiempos de globalización. La empresa en sí misma, más allá de los contenidos que, seguramente, pueden ser objeto de discusión, está marcando una sana y dinámica actitud intelectual por parte de quienes idearon y dieron cuerpo al estudio, atreviéndose con una mirada e interpretación que, no por cercana, resulta menos científica.
La obra se concreta, también, por la irrupción de una nueva generación de historiadores en el panorama pampeano, una circunstancia a la que mucho ha contribuido la Universidad Nacional de La Pampa. Es que hasta no demasiado tiempo atrás -medio siglo podría decirse- resultaba difícil valorar la historicidad de hechos y personajes porque, prácticamente, se convivía con ellos, todavía superstites de la epopeya que significó la ocupación, el poblamiento y la colonización de La Pampa. De su prehistoria, por otra parte, de ese riquísimo venero que se remonta a ocho milenios, muy poco se sabía, y a menudo ese desconocimiento epilogaba en una ignorancia despreciativa. Por eso hace unos cincuenta y más años no era extraño escuchar en boca de personas de presumible ilustración la curiosa y pedante frase acerca de que "La Pampa no tiene historia", que alguna vez hiciera suya un alto funcionario gubernamental durante el último gobierno militar.
Solamente algunas figuras aisladas, y como tales sobresalientes, se atrevieron por esos años a esbozar, a veces con errores, un panorama más o menos coherente del acontecer pampeano, con o sin documentos. Como decíamos, fue necesaria la aparición y vigencia de una nueva generación de historiadores para que todo el quehacer que emana de las nuevas concepciones de esa ciencia empezaran a manifestarse, primeramente en notas periodísticas (de las que muy a menudo fue instrumento este diario), y más tarde en libros.
Mucho tuvo que ver en esto la aparición de una "nueva historia" que dejó de centrar el acontecer solamente en los hechos militares para buscar las raíces en las diversas manifestaciones de las culturas, y aun en la vida cotidiana de las sociedades. Así las múltiples contribuciones de este instituto no sólo han pulido y reforzado el esqueleto de la historia, digamos, básica de la provincia sino que también han sido capaces de reconstruir la sociedad de distintas épocas en sus más variados rasgos, algunos de ellos importantísimos para comprender el hoy.
La sociedad pampeana en general y la santarroseña en particular no puede dejar de congratularse por la oportuna aparición de obras como la presentada, que buscan indagar en las raíces de nuestro pasado y pueden ser capaces de dar nuevo sustento a la "pampeanidad", tan manifiesta en otros aspectos. Aparte de la leyenda -que posee indiscutibles valores, aunque no rigor- únicamente la historia ordenada e interpretada sistemáticamente es capaz de rescatar los hechos del pasado sin que se pierdan, con la sucesión de las generaciones, en el tiempo. Ese tiempo que, como decía Borges, "es el olvido".

 


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