Domingo 21 de abril 2024

La responsabilidad en el no va más de Santa Rosa

Redacción 05/02/2016 - 04.27.hs

Señor Director:
Fue necesario que los conductos cloacales reventaran y se hiciesen visibles y sensibles para que Santa Rosa comenzase a tomar conciencia de que se ha llegado a un punto en el que la ciudad entra en estado de emergencia.
No faltaron señales, pero mientras no se manifestaran con los olores característicos de lo que transporta la red cloacal en cada vez más lugares de la ciudad, se demoró la toma de conciencia del problema.
Como es habitual, se empezó por buscar un culpable y se ha demorado la comprensión de que estamos ante el momento de crisis de un fenómeno de larga gestación, en el cual llamativamente la condición de tener gobierno propio no ayudó a tomar conciencia oportuna y eficaz para acompañar el crecimiento urbano.
Los servicios de agua potable y cloacas fueron establecidos tempranamente aquí, lo que reveló que se tuvo claro que una vez creada una población es indispensable dotarla de lo requerido para atender necesidades básicas. De todas maneras se sabe que en el territorio nacional se confió demasiado tiempo en el sistema de los dos pozos: el que debía proveer agua y el que debía recibir los excrementos. Incluso solía haber un tercer pozo para recibir la basura o ciertos componentes de ese testimonio de la presencia humana.
La culpa siempre tiende a ser dinámica y expansiva. Inicialmente se trata de clausurarla con el culpable único, pero pronto se echa de ver que es colectiva. Se pone en evidencia, a veces de modo muy ingrato, lo que hay de artificioso en la diferenciación entre gobierno y pueblo, omitiendo que el punto crítico radica en la falta de una conciencia colectiva de la responsabilidad comunitaria. Desde temprano hemos tenido elecciones municipales, o sea una movilización periódica de los ciudadanos para elegir a quienes se ve aptos para ocuparse de lo inicial condicionante (agua, basura y excrementos). Es posible que un análisis histórico demuestre que la etapa municipal permitió una mejor relación entre población y gobierno de la que se dio a partir de la provincialización. Con la provincia, el municipio perdió muchos de sus rasgos iniciales, fenómeno que se verifica en el orden nacional y que tiene relación con el predominio de un unitarismo real y un federalismo declamatorio.
Por ahora se trata de asumir el problema y procurar soluciones, pero no estaría mal sacar conclusiones de esta experiencia, a partir de lo insoslayable: que la ciudad es responsabilidad de todos y no es delegable.

 

Fantasma.
En Chubut buscan culpables de los fuegos que dañaron el parque Los Alerces y bosques nativos y plantaciones de Trevelin, población próxima a Esquel.
Brigadistas cruceños que llegaban al lugar para ayudar en Los Alerces dicen haber visto iniciar el fuego a un hombre vestido como los brigadistas, salvo que en vez de botas llevaba zapatillas.
El dato abre camino a conjeturas diversas. Importa corroborar si tales fuegos obedecen a una intencionalidad humana.

 

Reinas.
Lentamente progresa el movimiento de opinión encaminado a terminar con los reinados de fantasía. Primero, creo, fue la municipalidad de Chivilcoy y luego la de Villa Gesell: no más reinas de fantasía. Ahora se suma Villa La Angostura: el municipio se propone poner fin a la elección de una "reina de los jardines" y reemplazarla por el reconocimiento a jóvenes de uno y otro sexo que se destaquen en deportes, actividades artísticas y acciones de solidaridad social y humana.

 

Niños.
En Europa se dice en estos días que han "desaparecido" diez mil niños ingresados como refugiados procedentes de África y Medio Oriente. Llegaron sin sus padres, dentro de grupos heterogéneos. Y ahora no se sabe adónde fueron a parar, luego que se denunciara que ha habido abusos sexuales contra pequeños migrantes. De los 10 mil se supone que muchos fueron tomados por familiares ya radicados. Ojalá así sea.
Jotavé

 


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