La unidad de la cultura en dos demostraciones

Señor Director:
Dos sucesos de estos días, diferentes entre sí, poseen una relación fuerte.
Falleció Leonardo Moledo (1947-2014), un hombre que puso empeño en comunicar la ciencia. Y un matemático (como Moledo), Adrián Paenza, supo que ha sido distinguido con el premio internacional de mejor divulgador de la matemática, acordado por la Unión Matemática Internacional (IMU).
Moledo fue sepultado al comenzar la pasada semana. Paenza viajaba hacia Corea para recibir su distinción
No los vincula solamente el detalle de ser argentinos y con escasa diferencia de edad sino el hecho de que realizaban una tarea que podemos apreciar como complementaria dentro de un plan para hacer que la sociedad argentina corrija ideas muy establecidas acerca de la ciencia, cada ciencia en particular, y su relación con la cultura y con la sociedad.
Moledo vino con frecuencia a mis columnas porque en dimensión más modesta mi propio quehacer se encamina a destacar los nexos entre acontecimientos que una mentalidad arraigada tiende a considerar separados y hasta incompatibles. Creo que todo suceso que recoge y transmite el periodismo debe ser visto en su trama histórica y como manifestación de una cultura. La cultura es algo que nos concierne en tanto individuos y como partes de una sociedad que a su vez es un producto cultural nunca concluso, pues cambia y cambiamos con ella. Sociedad e individuos protagonizan el relato que se propone en los textos de historia y también en las representaciones literarias y artísticas. Nada es más erróneo que intentar la interpretación de los hechos de un individuo si se le desgaja de su historia individual y de la historia de su especie y de su sociedad. Moledo será recordado probablemente como un divulgador de las ciencias que se esforzó por mostrar que no somos ajenos a ninguna ciencia y que podemos entender el acontecimiento si ponemos la atención en el relato histórico y en toda forma de relato (literario o del arte). Por eso es que quienes meditan ahora sobre la situación en que los nuevos medios de comunicación han colocado a la prensa con soporte de papel, advierten que ya no se trata de competir por la primicia y que ahora corresponde acentuar la interpretación de la "novedad" dentro del complejo cultural del que emerge. La novedad no se explica por sí misma, así como los síntomas remiten a un estado del organismo que avisa por medio de ellos.
Paenza predica la belleza y placer que ofrecen las matemáticas. Busca sacar a esta ciencia del reducto de separación y aridez en que se tiende a confinarla. Al conferirle el premio, la IMU destaca "su don único de entusiasmo y pasión para comunicar la belleza y placer de las matemáticas" y su "decisiva contribución en el cambio de la mentalidad de todo un país sobre el modo en que las matemáticas son percibidas en la vida real". Por eso, lo primero que dijo al saberse elegido para ese premio, fue que él es lo visible de un conjunto de personas que posibilitan su desempeño y que, a su vez, esa posibilidad se inscribe dentro de políticas que, entre otros hechos, recuperaron a científicos argentinos que estaban fuera del país, corridos por la incomprensión o la intolerancia. Que su tarea también ha sido posible por los grandes matemáticos que ha tenido el país. Nadie está solo ni es solamente criatura de su genio. La humanidad crea cultura y la cultura produce el fenómeno de la humanización. Todo depende de todo.
Moledo se cuidó siempre destacar su formación matemática y su gusto por esta ciencia, por considerar que, con la música y la filosofía, forma parte de lo más maravilloso creado por el hombre. Su creencia es "la unidad de la cultura". No hay puentes rotos entre ciencia y ciencia ni con las demás expresiones culturales del hombre. Son la obra de nuestra especie en el proceso de hacerse a sí misma, como lo revela la historia, cuyo relato nos es necesario para entendernos.
Atentamente:
JOTAVE