Domingo 17 de marzo 2024

Los encantos de ver el mundo desde el nivel de vuelo buitre

Redacción 31/08/2014 - 03.13.hs

Se sabe que en los cóndores vuelan alto y con mayor majestuosidad que los buitres. Ambas especies han evolucionado para aprovechar las ventajas de la altura. Desde allí distinguen dónde está su alimento. Son llamados carroñeros porque extreman su preferencia por presas ya muertas.
Aquí, en esta parte de América, no agrada decir fondos cóndor, porque hay una tradición que infunde respeto al ave que ha señoreado en el Ande y otras alturas. Está en el escudo de armas de varias naciones andinas. Para el poeta el cóndor sugiere grandeza, serenidad, majestad y otras cualidades que adornan a muy pocos individuos y que por eso son consideradas propias de los próceres. El poeta Olegario V. Andrade lo hace testigo de la hazaña de San Martín en un largo poema que titula Nido de cóndores.
El buitre, con menos prensa, se presta mejor para simbolizar una práctica financiera de antigua data y poblada historia. Su fama está emparentada con el merodeo que solían hacer los "lechuzones" ayudantes de funebreros cuando alguien estaba en trance de muerte. Algunos han pintado a estos buscadores de clientes emparentándolos con una poblada variedad de "aves negras". En la Argentina las letras han preferido al carancho para simbolizar el merodeo de vidas y fortunas en manos débiles o corruptibles. En el caso de Benito Lynch en su relato Los caranchos de la Florida, el ave presta su nombre y mala fama, pero la desmesura trágica está encarnada por dos hombres, padre e hijo, en el escenario de la estancia ganadera del espacio bonaerense. La "carroña" no es tal sino la airosa hija de un puestero.
Como es habitual en nuestra especie, los hombres se interesan por los animales casi siempre para endosarles la maldad de sus conductas y actos. Esto se ve claramente en la escena bíblica en la que un profeta quita los demonios del alma de una tribu haciendo que se trasladen a una piara de cerdos que tuvo la mala fortuna de transitar por el lugar en ese momento.
Como sucede con otras "aves negras", el nombre respetable de los buitres financieros es el de holdouts.

 

Buitres.
En Wikipedia hay una síntesis amplia y que se esmera por ser objetiva acerca de este disimulo de un hábito frecuente en la lucha por el dinero (que es escale hacia el poder). Si bien es imposible, en este espacio, hacer una síntesis de una historia tan densa, diré que se da ahí una definición del modus operandi de los fondos buitre. Consiste en comprar en el mercado deuda de los Estados o empresas al borde de la quiebra (o default), generalmente al 20 o 30 por ciento de su valor nominal, luego de lo cual litigan o presionan para obtener el pago del 100 por ciento de su valor declarado.
Hasta mediados del siglo pasado, las deudas de los Estado en default eran frecuentemente incobrables, o sea que los buitres estaban muy contenidos y corrían un riesgo. Para evitarlo hacia 1950 comenzó a ser restringida la inmunidad soberana y los buitres vieron su oportunidad. Poco después lograron congelar el oro que Brasil tenía en la Reserva Federal de Estados Unidos.
En el caso de la deuda soberana argentina, los buitres compraron al 20 por ciento del valor nominal de los bonos que quedaron en manos de los acreedores que no aceptaron los acuerdos de 2005 y 2010. Luego comenzaron a acosar judicialmente al Estado argentino. Nuestro país fue sorteando estos obstáculos, que incluyeron el sonado caso de la fragata Libertad, embargada en el puerto de Ghana. La fragata fue liberada y el fondo debió pagar los costos portuarios a Ghana. Con la crisis que estalló en 2008 en Estados Unidos y se extendió a Europa, los buitres comenzaron a comprar deuda soberana de España, Grecia y otras naciones, a precio de saldo. Al mismo tiempo, acrecentaron su capacidad de lobby en el Congreso de los Estados Unidos y, como se ha visto en el caso argentino, generaron un Estado de cosas en el que el poder ejecutivo expresa una opinión, pero un juez del Estado (provincia) de Nueva York, resuelve en favor de los buitres.

 

Barajar.
y dar de nuevo. En el punto en que estamos una parte significativa de la opinión mundial (entre ellas un Nobel de Economía norteamericano) entiende que se ha llegado a un extremo que hace necesario controlar el poder adquirido por los buitres a fin de que sigan siendo posibles el comercio y las finanzas internacionales en términos claros y equitativos. Ya a fines del siglo XX, en su última década, hubo una reacción de este tipo y surgió el plan Brady, pero los buitre ya se habían ubicado en posiciones de mucho poder político y se mimetizaban con el poder financiero en general, en un momento en el que éste confronta con los poderes políticos desde su posición globalizada y sus paraísos fiscales.
Jotavé

 


' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?