Viernes 12 de abril 2024

Macri lo hizo

Redacción 21/10/2018 - 00.32.hs

I - La llegada a Santa Rosa del ex ministro de Economía de la Nación, Axel Kicillof, disparó una inusual movilización política en la ciudad. No solo los dirigentes y militantes directamente relacionados al espacio que ocupa internamente el visitante y de las máximas autoridades provinciales, sino de vecinos interesados que en gran número colmaron el salón donde habló desafiando la lluvia que, a esa hora cayó copiosa. La llegada de Kicillof permitió además comprobar que el camino elegido por el peronismo en La Pampa para afrontar el compromiso electoral del año pasado uniendo a todos los sectores en torno al vernismo es el camino que hoy, un año después, comienza a transitar esa fuerza en el país.

 

II - El responsable de este milagro peronista es, sin dudas, Macri. El presidente de la Nación, ha retrocedido tanto el reloj de la historia de bienestar de los argentinos que las disputas que dividían al peronismo mientras gobernaba aparecen ahora como lujos dialécticos que caen ante el peso abrumador de las políticas antipopulares del macrismo. Es, si se quiere, una suerte para el futuro del peronismo que enfrente tenga, una vez más, a los mismos que hicieron posible su surgimiento hace más de setenta años cuando el país era gobernado por una oligarquía apropiadora que sumergía a la clase trabajadora y condenaba a sus hijos a repetir las penurias de sus padres al clausurar el ascenso social. En el tiempo transcurrido, y con la excepción de Illia y Alfonsín, cada vez que esa oligarquía volvió al poder, por un golpe militar o cuando un gobierno les abrió la puerta de los despachos presidenciales para que sus lobbys actuaran como si gobernaran (como ocurrió con Menem y De la Rúa), actuaron de manera tan revanchista que, como dicta la dialéctica hegeliana, incubaron en la sociedad argentina, las semillas del renacimiento del peronismo keynessiano y distribucionista.

 

III - ¿Estamos los argentinos viviendo hoy nuevamente ese momento antitético en la dialéctica histórica postulada por el filósofo alemán como el combustible que hace avanzar a la sociedad? Aunque es muy temprano para afirmarlo, todo parece indicar que estamos en ese momento del péndulo de la historia en que la energía que lo impulsaba hacia la derecha parece agotarse y la inmovilidad que hoy es posible observar en el gobierno presagiaría el inminente (en tiempos históricos) inicio del recorrido en sentido inverso. La dirigencia peronista, con mayor o menor anticipación y convicción, es conciente que algo ha cambiado en el clima social que le dio el ajustado triunfo a la derecha que hoy gobierna. Que pese a que conserva el apoyo de los poderosos empresarios que desde siempre han parasitado el Estado a su provecho, ha perdido el de los votos. Esa pérdida es posible rastrearla desde el momento mismo que comenzó a gobernar y se insinuó electoralmente el año pasado cuando, en medio de la primavera económica artificial que falseó con endeudamiento, obtuvo el 40% de los votos, esto es, en términos de su anterior perfomance, más de diez puntos debajo de los votos que lo llevaron al poder.

 

IV - Solo una orquestada campaña mediática de ocultamiento de la realidad con la complicidad de un Poder Judicial corrupto y corruptor ha logrado mantener la estabilidad de un equipo que se presentó como el mejor de los últimos cincuenta años y ha llevado al país a la ruina y al endeudamiento y a la pobreza y el hambre a las mayorías. Pero ni toda esa campaña, goebbeliana en su concepción, puede tapar la realidad que golpea hoy a los hogares argentinos que comprueban en la góndola del supermercado, en la mesa familiar, hasta dónde han perdido calidad de vida. Ese bienestar que, hace sólo dos años, se pretendía profundizar eliminando el impuesto a las ganancias y otras reivindicaciones hijas de un estado de bienestar que el gobierno macrista prometió mentirosamente mantener y mejorar.

 

V - ¿Qué hace que un ingeniero agrónomo nacido y criado en La Pampa, defensor de la recuperación de los ecosistemas perdidos y de la implantación de especies autóctonas en el arbolado urbano, cuando asume la intendencia decide, sin consultar al Concejo, ni a los vecinos, ni a sus propios trabajos sobre el tema, gastar una fortuna en palmeras y plantarlas en uno de los accesos? Esta pregunta se la repiten los santarroseños que fueron testigos en estos días del nuevo capricho municipal a contramano no solo de su propia historia, sino del sentido común y la experiencia urbana de la ciudad. Es posible que la respuesta haya que buscarla en el mesianismo que (tal vez con la sola excepción de Francisco Torroba), ha enfermado la cabeza de los dos últimos intendentes que pretendieron prescindir de sus partidos y usaron el sillón de Molteni, no para honrar el voto de los vecinos, sino para edificar desde allí una mezquina carrera política personal. (LVS)

 

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