Macri y las guaridas fiscales

CARLOS HELLER*
Los "Papeles de Panamá" mostraron sólo la punta de una gran madeja de asesores dedicados a crear sociedades off-shore. El estudio Mossack Fonseca, que tiene 570 clientes argentinos, es solo uno más. Si sumamos la "Lista Falciani" y otras filtraciones, no sería exagerado pensar que hay otra gran cantidad de cuentas de argentinos abiertas en paraísos fiscales.
Para los funcionarios del macrismo "una sociedad en un paraíso fiscal no constituye ningún delito en sí mismo". Es cierto, pero justifican estas operaciones afirmando que el mundo off-shore es "una amplia industria global de banqueros, abogados y contadores que trabajan para proteger los secretos financieros de sus clientes". Una sucursal bancaria en Nueva York o en Roma también protege el secreto financiero de sus clientes. Lo que se intenta ocultar es el origen de los fondos transados en esos territorios por las sociedades off-shore.
La discusión no pasa por si el presidente Mauricio Macri fue o no fue accionista de Fleg Trading. Fue su director y el asunto es qué se gestionó a través de esa empresa. Dos datos a tener en cuenta: primero, este gobierno nombró directora de la Unidad de Información Financiera a una abogada del HSBC, entidad investigada a nivel global por facilitar evasión impositiva y fuga de divisas; segundo, la desregulación de las operaciones financieras que instaló el gobierno favorece la fuga de capitales y, vinculados con ella, otros ilícitos.

"Estafa impositiva".
Las guaridas fiscales se sostienen con un régimen de bajas o nulas tasas impositivas y ausencia de regulación de instrumentos financieros y estructuras legales. Además, y no menos importante, ocultan información garantizando secreto bancario y fiscal, como muy bien lo explica Nicholas Shaxson en su libro "Las Islas del Tesoro". En la gran mayoría de los casos la apertura de sociedades se realiza para cometer evasión o elusión fiscal, blanquear activos provenientes de delitos u ocultar patrimonio a herederos, entre otras maniobras.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, habló de un edificio en las Islas Caimán que alberga a doce mil empresas y dijo que "es el edificio más grande del mundo o es la estafa impositiva más grande del mundo". La preocupación es atendible: el Departamento de Administración Presupuestaria de su país propone una reforma para que "las empresas norteamericanas paguen impuestos por los dos billones de dólares que tienen en el exterior no declarados".
Según Oxfam, los paraísos fiscales esconden 7,6 billones de dólares de fortunas individuales, una cantidad superior al PIB del Reino Unido y Alemania juntos. Es un fenómeno que se debe erradicar, lo cual no resulta fácil puesto que la mayoría de las guaridas fiscales se encuentra en territorios de países desarrollados, como Delaware (EE.UU.) o la Isla de Man (Gran Bretaña). De allí el importante trabajo desarrollado en nuestro país por la Comisión Bicameral Investigadora de instrumentos bancarios y financieros destinados a facilitar la evasión de tributos y la salida de divisas del país, cuyo informe resultó muy claro respecto a la complejidad de las cuestiones abordadas y los desafíos pendientes. Se comenzó a estudiar un entramado que involucra no sólo a los evasores sino también a las denominadas "plataformas financieras" que posibilitan fugar divisas hacia las guaridas fiscales.

Seguir investigando.
Queda mucho por hacer. Los "Papeles de Panamá" o la "Lista Falciani" dan prueba de la existencia de estas operaciones a gran escala. Debería constituirse una nueva comisión investigadora, con los mismos objetivos y similar composición aunque con un plazo mayor de funcionamiento. Quedan muchos actores por entrevistar y resulta conveniente recibir mayores aportes de los representantes de las entidades reguladoras y especialistas. La continuidad de esta comisión permitiría presentar propuestas destinadas a actualizar la normativa que regula en nuestro país las operaciones financieras y la constitución de sociedades off-shore. (Infonews).

*Diputado nacional por el Partido Solidario.