Domingo 14 de abril 2024

Muchos tropiezos en poco tiempo

Redacción 19/04/2018 - 02.03.hs

En las últimas semanas el gobierno nacional acumuló una serie de traspiés en el terreno de la política, la economía y el campo simbólico. A la cabeza se ubican los descomunales aumentos en las facturas de los servicios públicos esenciales que se están volviendo impagables para la enorme mayoría de las familias argentinas y también para las Pymes que ya no pueden cumplir su tradicional papel de fuertes generadoras de empleos. Ante las masivas protestas el jefe de Gabinete replicó con indiferencia que la política de tarifazos no será modificada y en el Congreso el oficialismo boicoteó el pedido de la oposición para tratar el tema.
En tanto la caída de la actividad económica fue puesta de manifiesto hasta en los planteos de una cadena internacional de supermercados, que buscó consuelo en el Ejecutivo Nacional al tiempo que con pareja sutileza y oportunismo expresó su voluntad de despedir personal si no se aceptaban sus exigencias laborales. El presidente, insólitamente, culpó de la situación -en forma explícita- a los supermercados de origen chino que desde hace tiempo abundan en el país y que, por sus precios atractivos, han captado buena parte del consumo popular. La reacción de la cámara que los representa no se demoró en llegar al calificar de "xenófobas" las infundadas acusaciones presidenciales.
Poco antes, y con idéntica torpeza, uno de los ministros del Ejecutivo no había vacilado en calificar de "llorones" a los industriales por sus planteos críticos contra la apertura indiscriminada de las importaciones que provoca graves problemas en el sector por una competencia imposible de afrontar. Junto con esa descalificación, y por toda ayuda, el funcionario instó a los empresarios argentinos a invertir para ser más competitivos.
Esa forma de proceder se da en el marco de las severas condiciones económicas que atraviesa el país. En apenas unos pocos meses las pautas inflacionarias que había fijado el gobierno para todo el año quedaron superadas por la disparada de los precios y ya son los mismos analistas ortodoxos quienes critican sin piedad el plan económico. Todavía más, desde el Fondo Monetario Internacional llegaron dos mazazos: por un lado desmintió el pronóstico oficial y situó a la inflación muy cerca del 20 por ciento, y por el otro redujo las expectativas de crecimiento.
El remate de estos tropiezos llegó con una medida que aparece, a todas luces, como una estrategia distractiva: la inexplicable decisión de una jueza de Comodoro Py, con competencia electoral, de intervenir nada menos que el Partido Justicialista. Para llevar a cabo semejante medida la magistrada apeló a una insólita serie de argumentaciones de índole política antes que jurídica y, para peor, designó como interventor a uno de los dirigentes sindicales más desprestigiados y que viene mostrando un acercamiento nada disimulado con el macrismo. Semejante combinación despertó fuertes sospechas sobre quién está detrás de esta jugada y por eso todos miran, y no casualmente, en dirección de la Casa Rosada. Como ejercicio político cabe la pregunta ¿Qué hubiera sucedido si bajo el gobierno kirchnerista se adoptaba la misma medida con el principal partido de la oposición?

 

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