Noticia escondida

El respaldo que recibió Argentina en la negociación de la deuda externa por parte de los economistas más prestigiosos del mundo fue puntillosamente escondido por los grandes medios. Entretenidos en horadar al gobierno, en escudriñar con lupa en donde pueden encontrar un error o un desliz en la escuadra del Frente de Todos se les «escapó» semejante noticia. Las tapas de los diarios porteños de mayor circulación, de los portales web que sintonizan la misma onda, de los canales de noticias y radios que integran la misma galaxia ideológica desconocieron semejante información o la relegaron a los lugares más intrascendentes.
Días atrás este diario publicó una noticia que también pasó desapercibida en la mayoría de los medios argentinos: el Grupo Clarín es uno de los grandes tenedores locales de bonos de la deuda argentina. También integra AEA, la Asociación Empresaria Argentina, que nuclea a las compañías más poderosas del país. Una breve lista de nombres quizás lo explique mejor: Paolo Roca, Bulgheroni, Pérez Companc, Ratazzi, Roemmers, Coto, Magnetto…
Todos ellos integrantes del club de los más ricos del país según el ránking inapelable de la revista Forbes, por lo tanto todos ellos son fuertes opositores a que el Congreso Nacional apruebe el impuesto a las grandes fortunas que el oficialismo impulsa. Buena parte de los países del mundo están debatiendo, y algunos ya aplicando, tributos a los sectores más acaudalados para afrontar los elevados costos socioeconómicos de la pandemia de coronavirus. Pero la «integración al mundo» que proclama con tanto énfasis nuestra derecha no llega a tanto.
Lo cierto es que, como se dijo al comienzo de esta columna, los más destacados economistas del planeta expresaron su apoyo a «la oferta responsable que refleja adecuadamente la capacidad de pago del país» presentada por la Argentina y rechazada hasta ahora por los acreedores. El premio Nobel Joseph Stiglitz, Thomas Pickety y Jeffrey Sach encabezan un listado de 135 personalidades calificado como el «dream team» de los académicos del mundo, quienes también mencionaron la situación excepcional planteada por la pandemia de coronavirus que afecta el desempeño de la economía del país y condiciona severamente su capacidad de pago.
Estos episodios de la política nacional presentan una faceta didáctica. Aquellos que no se conforman con observar la superficie de los acontecimientos y tratan de desentrañar sus causas y consecuencias, recogen enseñanzas muy útiles que ayudan a entrenar el ojo para desarrollar una mirada crítica.
El caso que hoy comentamos presenta tres aristas que confluyen en un centro: 1) la propuesta de pago de la deuda con fuertes quitas en los intereses y un plazo de gracia de tres años; 2) la salida administrada de la cuarentena con medidas paulatinas a fin de proteger el bien más preciado: la salud pública; y 3) el impuesto a las grandes fortunas.
Las tres posicionan al Estado en el centro de las decisiones políticas y muestran su voluntad de otorgarle prioridad al interés general por encima del de la elite económica. Es un trago indigerible para quienes extrañan el cuatrienio macrista que era, qué duda cabe, un gobierno «del palo». De ahí la hostilidad que tan abiertamente descargan sobre el gobierno nacional los guardaespaldas de los poderosos desde los grandes medios porteños.