Noticias que hablan claro

Tres noticias divulgadas en las últimas horas hablan de los cambios que ocurrieron en el país y en nuestra provincia en relación con lo que sucedió en los cuatro años bajo gobierno neoliberal.
En primer lugar, el tercer sorteo del plan Procrear que permitirá a casi dos mil trescientos pampeanos acceder a créditos hipotecarios para comprar, ampliar o refaccionar su casa propia. El sistema de pago de estos créditos no tendrá lugar por el ruinoso sistema UVA -otra pesada herencia macrista- sino por el coeficiente Hogar que toma en cuenta básicamente la evolución del salario, un procedimiento que torna más previsible el futuro de quienes viven de sus ingresos mensuales y se proponen acceder a estos préstamos. Los años de sequía absoluta para nuestra provincia en materia de construcción de viviendas empiezan a revertirse. Podemos recordar de paso que ni siquiera los cuatro jardines de infantes que se comenzaron a construir bajo el gobierno de Cambiemos fueron finalizados.
Otra buena noticia conocida ahora es el fondo de mil millones de pesos adicionales que recibirá La Pampa como «premio» a su puntualidad en el pago de la energía que consume la provincia a Cammesa, la administradora del mercado mayorista eléctrico. Ese fondo adicional, que ya está asegurado pues fue incorporado al presupuesto nacional 2021, será destinado al sostenimiento del subsidio a la tarifa, a obras de infraestructura energética y a la duplicación de la potencia instalada en el norte provincial.
La tercera información relevante es la duplicación del presupuesto de la Universidad Nacional de La Pampa en relación con el último año de la era macrista. El rector adelantó a este diario que a ese monto deberá agregarse un fondo extra que llegará para afrontar obras en las sedes de Santa Rosa y General Pico, por lo cual la diferencia a favor será todavía mayor.
Estas tres novedades, entre otras de similar tenor, deberían servir para advertir algo que parece evidente aunque todavía no lo es para cierta parte de la sociedad. Las diferencias entre los gobiernos que priorizan los intereses de una minoría opulenta de aquéllos que intentan equilibrar la balanza entre los poderosos y los débiles no son tan difíciles de percibir. Pero sucede que las miradas pueden ser oscurecidas en el debate político y, sobre todo, en el mundo mediático en donde el uso de las noticias falsas (fake-news) se ha vuelto moneda corriente.
Para sustraerse del marketing del engaño que tan bien utiliza la derecha, no hay mejor método que confiar más en las acciones que en las palabras, en los hechos que en los discursos. «Por sus obras los conoceréis», dice el texto bíblico. Los hechos, como los aquí citados, y tantos otros nos dicen que la derecha ya no gobierna el país, y que eso se advierte sin mucho esfuerzo. Solo el cambio de rumbo en cuanto al rol del Estado alcanza para comprenderlo. Los recursos estatales para afrontar los tremendos costos, sanitarios y económicos, que provoca la pandemia no hubieran estado disponibles bajo un gobierno de signo neoliberal. No hace falta un doctorado en ciencias políticas para saberlo.