Nuevo iluminado predica castigo contra sodomitas

Señor Director:
La sodomía repite ecos del Antiguo Testamento en el territorio de California (EE.UU.), tanto porque subsiste esa práctica sexual como porque también aparece un personaje que reclama castigo extremo.
La noticia dice que el gobierno de ese estado busca recursos legales para impedir que se realice el referendo que reclama el abogado Matthew McLaughlin. En primer lugar se ha recordado que el referendo exige el apoyo de un porcentaje de la ciudadanía, de modo que el abogado tendrá mucha tarea que reunir tantas firmas de ciudadanos que apoyen su demanda. McLaughlin propone un Acta de Supresión de la Sodomía para que los homosexuales "sean ejecutados con una bala en la cabeza o por otro método más conveniente".
Jehová no fue menos severo con esta práctica, según se puede leer en el Antiguo Testamento. La ciudad del vicio execrado se llamaba Sodoma y había caído en tanta decadencia que los varones preferían satisfacerse con varones. En esas circunstancias un sobrino de Abraham llamado Lot llegó a Gomorra, al parecer enviado por la divinidad para que procurase que los sodomitas abandonasen dicha práctica. El relato incluye otros detalles que no mencionaré. Lot fracasó como predicador y entonces aparecieron dos enviados celestes, dos ángeles, que no tuvieron mejor suerte porque despertaron el apetito de los sodomitas. Lot los refugió en su casa, pero una turba la asaltó y estaba a punto de lograr su propósito cuando los ángeles usaron sus poderes especiales cegándolos, luego de lo cual estos mensajeros celestes desaparecieron, aunque antes le dijeron a Lot que abandonase Sodoma con su familia y que marchase sin mirar lo que sucedía a sus espaldas. Parece ser que Lot abogó entonces por los justos, los no pecadores de Sodoma, pero los ángeles le dijeron que accederían si pudiese presentar a cincuenta justos, cosa que resultó imposible. El bienintencionado Lot llegó a ofrecer sus dos hijas, vírgenes, para calmar a la turba, pero ésta no aceptó. Finalmente Lot, su mujer, Edit, y sus hijas, salieron de Sodoma, pero la mujer no pudo resistir la tentación de conocer lo que sucedía a sus espaldas, se volvió a mirar y quedó convertida en sal, en estatua de sal. Lot siguió la marcha con sus hijas y tuvo nuevas desventuras que no interesa relatar aquí. Sodoma y también las poblaciones próximas fueron destruidas con fuego y azufre descargado desde los cielos. El nombre de ese reino (lo era) ha permanecido con las voces sodomía, sodomita y derivados, no solamente como recuerdo sino como denominación de una práctica sexual que va siendo admitida como una opción propia de seres libres que no son culpables de esa inclinación de su naturaleza.
Como se puede apreciar, la diferencia entre mujer y varón no era tampoco neta en aquellos lejanos tiempos (tres o más milenios) de modo que se puede pensar que la condición que hoy llamamos gay corresponde al punto más distante del que la sexualidad (de mujer o de varón) alcanza una diferenciación bien marcada. Puede parecer curioso que exista tanta discordancia entre el apetito y la orientación sexual, puesto que aquélla se mantiene cualquiera sea la orientación individual. También se aprecia que la relación sexo-procreación no se da armónicamente.
Nada hay de nuevo en esto. Si en el A.T. quien destruye y mata es la ira divina, en nuestros días, y no solamente en California, hay personas que asumen ese papel. O que lo intentan. El abogado McLaughlin no alcanzará probablemente las decenas de millares de firmas necesarias para obligar a que se haga una consulta a la ciudadanía, pero nunca sabremos si todos los que le niegan apoyo lo hacen por convicción o por cálculo. El personaje Lot no sería tampoco un modelo, a pesar de haber sido designado para convencer a los sodomitas de su error. Obsérvese que ofreció a sus dos jóvenes hijas, vírgenes, para que la turba se satisficiese.
Atentamente:
JOTAVE