Domingo 21 de abril 2024

Otra vez sopa

Redacción 24/07/2019 - 01.08.hs

Por enésima vez los pampeanos tienen justificadas razones para sentirse discriminados por decisiones que se toman en Buenos Aires. La cancelación por "razones meteorológicas" del vuelo de Aerolíneas Argentinas con destino a Santa Rosa el domingo último fue un engaño que escondió un proceder malicioso de la empresa. Lo advirtieron los frustrados pasajeros cuando vieron con sus propios ojos que, muy selectivamente, algunos aviones partían desde Aeroparque. Claro que lo hacían aquellos que se dirigían hacia los puntos turísticos del país, muy solicitados en estos días de vacaciones invernales.
No está mal que AA adopte una política comercial de otorgarle prioridad a los destinos turísticos, pero de ahí a usar estas artimañas en perjuicio de una parte de sus pasajeros hay una distancia enorme y habla de la poca seriedad de las autoridades de la empresa.
Podrá argumentarse que este es un caso menor e incomparable frente a otras decisiones mucho más trascendentes adoptadas por organismos oficiales porteños en el mismo sentido como reducir a cero las transferencias nacionales para la construcción de viviendas, o el abandono de las rutas de jurisdicción nacional, o el achique de partidas para educación y salud públicas, etcétera; pero aquellos que el domingo se dirigieron a Aeroparque y tuvieron que volverse sin siquiera tener confirmado un nuevo vuelo, padecieron un maltrato inaceptable al que nadie debería estar expuesto. Y menos todavía bajo un gobierno que sacó pecho promocionando una "revolución de los aviones" que aún estamos esperando.
De paso debe decirse que este episodio también habla sobre la forma en que el gobierno nacional y sus diversos estamentos entienden el cacareado federalismo.

 

Ocultar no paga
El ocultamiento de información tarde o temprano trae consecuencias. Lo acaba de aprender en forma abrupta el subsecretario de Protección Ciudadana -nada menos- cuando se conoció un informe del Banco Central que lo mandó al frente: el ahora exfuncionario había acumulado una abultada deuda por un mecanismo que podría colisionar con el Código Penal y la ética pública: la emisión de cheques sin fondos.
Al parecer, también había omitido informar de su irregular situación financiera a las autoridades políticas de la Provincia, es decir, a sus superiores, lo cual le valió la inmediata salida de su cargo en el Ministerio de Seguridad.
Sería de desear que se tome nota de este ejemplo, y no nos referimos únicamente a los funcionarios públicos sino a toda persona que asuma voluntariamente cargos de responsabilidad institucional. El ocultamiento de estos procederes reñidos con la legalidad más temprano que tarde son de conocimiento general y no hacen otra cosa que exponer al responsable ante el juicio de la comunidad en la que vive, que suele ser mucho más severo que el que eventualmente aplican los tribunales. No se trata de moralina ni de regodearse con el escarnio, pero hace siglos la tradición política adoptó aquella sentencia de Plutarco acerca del comportamiento de "la mujer del césar" que mantiene toda su vigencia hasta nuestros días.

 

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