Otra vez la obra pública en la mira
Jueves 14 de marzo 2024

Otra vez la obra pública en la mira

Redacción 28/01/2015 - 04.33.hs

Tres localidades del extremo oeste de la provincia: La Humada, Santa Isabel y Algarrobo del Aguila, se quedaron varios días sin provisión de energía luego de que una tormenta derribara unas cincuenta columnas de la línea de media tensión que abastece el servicio. En la emergencia el suministro fue cubierto por generadores que, según las autoridades, no funcionan adecuadamente. La obra, que debería durar décadas, se mantuvo en pie apenas siete años desde su inauguración. Pero ya se venían escuchando quejas sobre su funcionamiento, por lo cual el año pasado se habían licitado trabajos de reparación por un monto de 14 millones de pesos, cuando su construcción había demandado solo dos millones.
El convenio para la obra, que se extiende desde El Sauzal hasta Algarrobo del Aguila, una longitud de 159 kilómetros a la vera de la ruta 151, fue firmado en 2007 entre el entonces gobernador Carlos Verna y la Cooperativa de Victorica, que la construyó. Quienes la conocen, afirman que la obra falló porque no se tomaron los recaudos necesarios para fundas las estructuras en ese tipo de suelos. Por eso no resistieron el paso del tiempo y las condiciones meteorológicas.
En ese caso puntual podría hablarse de irregularidades constructivas y de evidente fallas de las inspecciones. Pero el problema también podría enfocarse en un marco general que da cuenta de una tendencia de las obras públicas encaradas durante el período de gobierno entre 2003 y 2007. El entonces mandatario se ganó fama de "ejecutivo" por el desarrollo de proyectos para la provincia, favorecidos en esos años por los fondos nacionales que llegaban luego de la recuperación económica que se vivía tras la salida de la convertibilidad. Pero lo cierto es que no pocas de esas edificaciones quedaron bajo un manto de sospecha y hasta fueron investigadas por la Justicia. De hecho, un diputado provincial acaba de afirmar que las obras que se construyeron en ese período "tienen un tufillo", dando a entender que hubo incompetencia en los controles o que se otorgaron a empresas que no estaban en condiciones de realizarlas.
Un repaso por algunas de esas obras permite ilustrar mejor estas consideraciones. El fallido Megaestadio de Santa Rosa que no se pudo continuar porque se inició sin un proyecto serio (apenas con un improvisado anteproyecto) y hubo gruesos errores en los cálculos. El colapso del polideportivo en la localidad de Ataliva Roca que se vino abajo en una tormenta por fallas constructivas y en las inspecciones. El caso fue a la Justicia que condenó por fraude al inspector de la obra y al representante técnico de la empresa que lo construyó. El frigorífico de Bernasconi, uno de los que se erigió en la provincia en aquel cuatrienio, nunca se pudo poner en marcha porque no estaría enclavado en un área sustentable. La administración siguiente fracasó cada vez que intentó venderlo, en varias oportunidades. La construcción de piletas y gimnasios de considerables dimensiones en el oeste provincial fue presentada como una iniciativa para beneficiar a poblaciones usualmente postergadas. Pero lo cierto es que hoy, aparecen como sobredimensionadas para las prestaciones que brindan. En este rápido recuento no se puede dejar de mencionar a la recordada empresa Sol Obras que se fue imprevistamente de la provincia dejando obras sin terminar y deudas sin pagar.
El gobernante de aquel período hoy se postula nuevamente para ocupar el mismo cargo. Y uno de los pilares de su campaña es, precisamente, la obra pública ejecutada en esos años. En el fragor del debate proselitista que se avecina no es de extrañar que sus adversarios políticos -de adentro y afuera del justicialismo- le recuerden estos antecedentes tan poco felices. Habrá que ver cómo se defiende y qué precauciones anunciará para no volver a tropezar con la misma piedra en un eventual segundo mandato.

 


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