Jueves 11 de abril 2024

Otro avance de los saqueadores de ríos

Redacción 16/01/2017 - 01.02.hs

Una vez más Mendoza le demuestra a los pampeanos y al resto de las provincias integrantes de la cuenca del río Colorado que no está dispuesta a integrarse en forma igualitaria y equitativa al manejo de los recursos hídricos comunes. Haciendo honor a su largo historial de saqueos y piratería de los cursos de agua interprovinciales acaba de presentar un plan de llenado y de manejo del embalse de Portezuelo del Viento que torna imposible su aceptación, salvo que se quiera repetir la funesta experiencia del río Atuel, robado hace setenta años a través de una obra -Los Nihuiles- que también fue financiada íntegramente por el Estado nacional.
Pero este avance es incluso peor que el anterior porque, a diferencia del caso del Atuel, ya está constituído desde hace décadas un organismo de cuenca -el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado- al que Mendoza pretende pasar por encima y degradarlo a mero testigo de sus arbitrariedades. En su prepotencia sin límites, los cuyanos proponen que no sea el Coirco el que asuma la administración de la presa sino sus propios organismos provinciales. Un despropósito mayúsculo. Es como si La Pampa y Río Negro pretendieran apoderarse del manejo de Casa de Piedra desplazando al comité de cuenca.
Ese afán de quedarse con el control del agua de un curso que baña a cinco provincias se opone al espíritu y la letra del Tratado del Río Colorado que tiene rango de ley nacional. Pero no es el primer desplante mendocino. Ya vienen maniobrando con el estudio de impacto ambiental de Portezuelo del Viento, negándose a que ese trabajo involucre a toda la cuenca y pretendiendo que alcanza con un análisis que evalúe únicamente las inmediaciones de la presa en territorio cuyano. Esa irracional pretensión ya venía alertando al resto de las provincias sobre la escasísima importancia que le otorgan en Mendoza a la incidencia del embalse sobre todo el desarrollo de la cuenca del río Colorado hasta su tramo bonaerense en donde están asentada las más extensas explotaciones bajo riego.
El gobierno pampeano dio a conocer de inmediato su rechazo a semejante propuesta del mismo modo que antes lo había hecho con la idea de amputar el alcance de los estudios ambientales. Resta conocer la posición que asumirán Río Negro, Neuquén y Buenos Aires aunque lo más probable es que se pronuncien recién durante la próxima reunión del Coirco el 31 de este mes.
En ese momento se verá si las otras provincias otorgarán prioridad a sus intereses reales o se allanarán al juego político que viene desplegando Mendoza al explotar la afinidad partidaria de su gobierno con el de Nación. Por el momento, únicamente La Pampa ha planteado con firmeza el respeto irrestricto a las normas que regulan el funcionamiento del comité de cuenca. Lamentablemente no se puede decir lo mismo de las provincias hermanas, cuyas vacilaciones dejan ver que están más atentas a los beneficios circunstanciales de la política de intercambio de favores que a hacer valer sus derechos a administrar en conjunto -como en Casa de Piedra, se repite- las obras hidráulicas de la cuenca del Colorado. Pareciera que el robo del Atuel no les alcanzara para advertir los peligros en ciernes.

 

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