Preguntas obligadas

El gobierno provincial firmó esta semana con Nación la prórroga del llamado Pacto Eléctrico que regirá durante todo el año para mantener el congelamiento tarifario del servicio de energía. El convenio, bien que a regañadientes, fue finalmente aceptado por las cooperativas luego de una reunión con el gobernador. Se espera que esta semana se definan algunas diferencias que no terminaron de cerrarse.
Frente a este escenario cabe preguntarse si la solución alcanzada es la mejor o si es cierto que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. El año pasado, cuando entró en vigencia el Pacto para sofrenar el precio de la energía, el mayor esfuerzo se descargó en las espaldas del movimiento cooperativo.
La odisea que debieron atravesar todas y cada una de las entidades solidarias fue noticia en todos los medios. Se pudo ver a sus dirigentes molestos y preocupados ante las cuentas en rojo y lamentándose porque podría resentirse la calidad del servicio a la población. Es que el costo laboral seguía incrementándose, como así también el de los insumos producto de la inflación, pero no podían modificar las tarifas para afrontar tales aumentos. Para solventar esta situación, los gobiernos nacional y provincial negociaron un subsidio destinado a obras para las cooperativas y que serviría como moneda de cambio para zanjar lo que dejaban de percibir las instituciones con el congelamiento.
Todavía hoy, a pesar de que pasaron varios meses, las cooperativas no han logrado cobrar la totalidad del subsidio pactado en un monto de 60 millones de pesos, se cansaron de reclamar pasilleando ante la pesada burocracia de la Secretaría de Energía y, lo peor de todo, se han endeudado con la APE porque se "rebelaron" ante el incumplimiento de Nación.
A pesar de este antecedente, el movimiento cooperativo eléctrico pampeano volvió a respaldar el nuevo acuerdo porque, en definitiva, es un indudable beneficio para los bolsillos de los hogares pampeanos. Esta vez la moneda de cambio fue una suma mayor, 90 millones de pesos que luego ascendieron a 110 millones. Y la promesa del gobierno provincial de que el sistema será distinto. Las cooperativas aceptaron aunque sostienen que el monto no llega a cubrir sus necesidades, pero de todos modos las diferencias ya son menores.
Las cooperativas aparecen como inducidas a cerrar un acuerdo que, como se dijo, es conveniente para los usuarios. Pero el antecedente inmediato obliga a tomar muchas precauciones, porque no pueden volver a soportar sobre sus espaldas la pesada carga de tener que estar suplicando a la elefantiásica burocracia de los organismos nacionales el envío de fondos ya pactados y, encima, adeudados. Esa es una tarea que, llegado el caso, le compete al gobierno provincial que posee mucha más capacidad de presión y, por lo demás, tiene en Buenos Aires a "compañeros" del mismo signo político
Pero hay otro aspecto que es muy importante destacar. Y es el hecho de que los dos gobiernos firmantes del Pacto, el nacional y el provincial, finalizan su mandato este año. En cambio las cooperativas, entidades populares que son más antiguas que el propio Estado pampeano, deben seguir bajo condiciones que garanticen su sustentabilidad. Esa visión de largo plazo a que están obligadas las cooperativas no desvela de igual manera, lamentablemente, a la clase política, y más en un año electoral como este 2015.De hecho las tarifas eléctricas, es decir, los ingresos genuinos que garantizan el funcionamiento de las entidades solidarias, estarán dos años sin actualizar. ¿Qué resolverá el próximo gobierno nacional y el provincial? ¿Continuará la misma política de subsidios o la cambiará? Llegado el caso, ¿cómo se saldrá del corsé del congelamiento? Son preguntas que todos los pampeanos deben hacerse como asociados, es decir "dueños", de las entidades solidarias. Y los dirigentes cooperativos, más que nadie.