Jueves 18 de abril 2024

"Que esto, que lo otro..."

Redacción 24/04/2018 - 04.50.hs

El 126° aniversario de la ciudad de Santa Rosa llegó con una mala noticia. El Plan Director está empantanado en la burocracia de Buenos Aires y el intendente ni siquiera recibe una respuesta convincente cada vez que viaja y pregunta por él en el Enhosa. Según los plazos estipulados, que el propio jefe comunal dio a conocer en julio del año pasado, el proyecto debería estar finalizado en noviembre de este año pero la falta de avances por parte de las empresas contratadas para su elaboración permite augurar que ese límite no será respetado.
Para los muchos santarroseños que todos los días deben lidiar con líquidos cloacales frente a sus viviendas o, peor todavía, adentro de ellas, es una bofetada en pleno rostro. Lo mismo para quienes padecen con cada lluvia la ausencia de un sistema de desagües pluviales que funcione correctamente. El único consuelo que esos miles de vecinos tenían hasta hoy era la esperanza de que, en un plazo prudencial, las obras necesarias para terminar con sus problemas, comenzarían en un plazo no muy lejano una vez finalizado el Plan Director. Porque, en verdad, las obras de mitigación -si pueden llamarse así- están muy lejos de atender la gran cantidad de problemas que la ciudad presenta. Podría decirse, sin temor a exagerar, que todos los días se escuchan reclamos de vecinos de diversos barrios que levantan su voz no solo por la surgencia o la invasión de líquidos nauseabundos sino también por la gran demora con que son atendidos por parte de las cuadrillas municipales. Los medios de comunicación santarroseños son hoy el vehículo para canalizar esas quejas de tantos frentistas que se sienten abandonados a su suerte.
Santa Rosa es una capital de provincia pero está lejos de recibir el trato que se merece por parte del gobierno nacional. A pesar de encontrarse en un estado crítico y de haber sido reconocida la emergencia, las únicas inversiones para las pocas obras de cierta envergadura que están en marcha provienen de la Provincia. Hace pocos días se conoció que Nación ni siquiera afrontará el pago de una obra que, por jurisdicción, le corresponde ineludiblemente: el alteo del Bajo Giuliani en la ruta nacional 35. Esa construcción, para agilizar los trámites, fue realizada por Vialidad Provincial bajo el compromiso del gobierno central de afrontar su pago, pero esa obligación está siendo desconocida.
Desconcierta este trato discriminatorio cuando se observa que en otras provincias argentinas abundan obras públicas financiadas con el presupuesto nacional. La urgencia que muestra Nación, por ejemplo, por iniciar el embalse Portezuelo del Viento en Mendoza, aún sin el estudio de impacto ambiental de la cuenca del Colorado, contrasta con la displicencia que exhibe para atender necesidades mucho más urgentes en nuestra provincia como la emergencia en que se encuentra esta capital.
"Que esto, que lo otro...", fue la resignada expresión del intendente para graficar la inmovilidad porteña. Tanto él, como las otras figuras del macrismo con altos cargos en Buenos Aires, están en deuda en materia de reclamar con mayor energía para que los santarroseños no sigan con el agua (cloacal) al cuello.

 


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