Qué necesidad

Las personas religiosas suelen afirmar que, de acuerdo a las Sagradas Escrituras, "los designios del Señor son inescrutables". En un plano mucho más terrenal lo que aparece como inescrutable son las razones que tuvo el gobernador para vetar la ley que determina la elección de los directores de la oposición en Pampetrol. El jefe del Centro Cívico entiende que ese procedimiento debe hacerse mediante una terna para que sea él quien proclame al afortunado.
Muchos se preguntan: qué necesidad hay de aumentar la presión en las relaciones entre Ejecutivo y Legislatura de por sí nada calmas. No son pocos los antecedentes que registra la Legislatura de voltear vetos del Ejecutivo a partir de la fuerte presencia del bloque vernista enfrentada al jorgismo. ¿No está propiciando, otra vez, el gobernador un desenlace similar al insistir con una medida autoritaria y además antipática? Porque de qué modo se puede calificar la pretensión del titular del Ejecutivo de arrogarse la autoridad de elegir hasta los directores de la oposición en la empresa petrolera provincial.
Además, parece no advertir que, si se impone su criterio, coloca al eventual designado en posición harto difícil, pues ante cualquier discrepancia o voto dividido o muy discutido que lo enfrente a su propia bandería partidaria, lo expone, innecesariamente, a la sospecha de que su nombramiento estuvo previamente "arreglado" con el jefe del Poder Ejecutivo -es decir, con su adversario político- que lo eligió.
Si la ley establece que los cargos deben ser cubiertos por la oposición, pues que se respete ese derecho aparece como lo más saludable para la empresa estatal, su funcionamiento y transparencia. Distorsionar esa atribución con una terna para que sea el gobernador, es decir el oficialismo, quien realice la elección, aparece como un desafortunado desvío autoritario.