Lunes 15 de abril 2024

Reivindicación de la postura pampeana

Redacción 23/04/2018 - 01.20.hs

Resulta notable advertir cómo, en la medida que pasa el tiempo y se profundiza el estudio global del tema, las instituciones de las provincias condóminas del río Colorado reorientan sus puntos de vista respecto al manejo del recurso y, paradójicamente, se acercan a la postura pampeana, que inicialmente no acompañaran. Un medio de comunicación del sur bonaerense y norte rionegrino y vocero de la Comarca del Colorado, publicó recientemente un artículo referido al el posible trasvase del Negro al Colorado y la necesaria evaluación para implementarlo.
En dicho trabajo señala que "Tenemos un río con poco caudal, salinizado naturalmente desde las nacientes del río Barrancas y que incrementa su tenor por el agregado de los drenajes de las zonas de riego en los bajos caudales ocurridos recientemente; por las evaporaciones de Casa de Piedra; con probables futuras contaminaciones accidentales que implican los derrames y desechos de la actividad hidrocarburífera, y por los aportes de los desechos del acueducto pampeano. Circunstancias que en conjunto comprometen paulatinamente su calidad afectando el consumo humano".
La preocupación de los comarcanos crece al considerar el trasvase del Grande a la cuenca del Atuel -un proyecto en el que la represa de Portezuelo del Viento es esencial-, preguntándose con razón que ocurrirá con los caudales del Colorado, del que se derivará una cuarta parte de su modulo, "si Mendoza avanza en su propósito, cosa bastante probable porque tienen el dinero y la decisión de Nación para ello".
El informe no oculta una cierta inquietud con relación a la fiabilidad de las posturas cuyanas, vistas sus recientes actitudes en cuanto a la contaminación del Atuel por perforaciones petroleras, corte arbitrario del escurrimiento y desaires a la Corte Suprema al no concurrir a las reuniones pautadas.
La respuesta a esos interrogantes está en el trasvase compensatorio del río Negro al Colorado, tal cual lo establece el Tratado respectivo y que debe ser simultáneo con el que pretenden los cuyanos aguas arriba. Ahí chocan con la realidad: ni Mendoza acepta la simultaneidad de las obras ni la provincia de Río Negro permite el paso por su territorio del canal que trasvasaría el agua de uno a otro valle fluvial. Buenos Aires, con sus extensos regadíos, también tiene derecho a esos posibles caudales ya que forma parte de la cuenca del río Negro.
El cuestionamiento, que expresa la opinión de los regantes expone y refuerza con claridad la posición que siempre sostuvo nuestra provincia: la cuenca, y sus aprovechamientos consecuentes, deben verse como un todo global, procurando la armonización de intereses prevista por el Acuerdo del Colorado, sin optar por conveniencias individuales.
La postura de los regantes fustiga también al organismo de control del río Negro -la Autoridad Interprovincial de Cuenca- por las tres décadas transcurridas sin que haya conseguido plasmarse el estudio integral del área a los efectos de establecer los cupos de agua para cada provincia. Una consecuencia de esa actitud negligente fue, sin dudas, la desubicada postura de la gobernadora bonaerense solicitando para su provincia un caudal de 250 metros cúbicos por segundo, que tanta polvareda política y técnica levantara recientemente.
Pero en la reflexión de los regantes bonaerenses hay algo más digno de ser destacado: afirman que tienen en claro "que el manejo de los caudales (del Colorado) deberá hacerlo el Coirco porque hay que buscar y ordenar el equilibrio entre la generación de energía, el mantenimiento de un mínimo caudal que no deteriore la vida en el cauce (prioritariamente la vida humana) y asegurar provisión para las épocas de riego, manteniendo siempre sobre esas premisas la necesidad de cuidar la contaminación y la salinidad del río".

 


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