Salud pública y Estado ausente

El cuadro de situación que presentaron varias profesionales de la salud pampeanas en relación a las infecciones de transmisión sexual es una muestra más del deterioro que se está verificando en todo el país en materia de promoción de la salud pública. El señalamiento que realizaron acerca de que la ausencia de programas nacionales de información y prevención resulta ilustrativo: "hoy no es un tema que esté en la agenda, no se habla desde lo mediático, se dejó de hablar de los mecanismos de prevención" puntualizaron.
Que aumente la detección del sida o que la sífilis tenga "plena vigencia" y sus casos sean "frecuentes" no habla de una tendencia a la baja como cabría aguardar de este tipo de infecciones cuya prevención descansa en buena medida en hábitos de cuidado social, como el uso del preservativo, antes que en costosos operativos sanitarios. "Que otra vez (los preservativos) estén en los boliches, que se vuelva a hablar de ellos, que sean accesibles desde lo económico", más que una descripción del panorama parece un ruego por parte de quienes deben lidiar día a día con estos flagelos.
Desde luego que la responsabilidad personal está entre los factores que inciden en la propagación de estas enfermedades pero lo cierto es que el Estado hoy está muy lejos de cumplir con el rol indelegable que le cabe. Un legislador provincial señaló que desde el Ministerio de Salud de la Nación se dejó de abastecer de preservativos y otros insumos básicos a las provincias; coincidió así con la infinidad de denuncias elevadas por el recorte de programas sanitarios, el desmantelamiento de mucha áreas y la subejecución presupuestaria en el ámbito de esa cartera nacional. La reducción de la inversión en salud ha sido drástica el año pasado en la mayoría de las áreas al punto de provocar la renuncia del responsable del Plan Sida quien llevaba más de cinco años en su cargo. Los stocks de medicamentos también se han reducido dramáticamente en virtud de la suspensión de las compras, de ahí que las remesas a las provincias, como denunció el legislador y admitieron las médicas consultadas, han disminuido notoriamente o desaparecido. Este oscuro panorama también incluye la afectación y hasta la desaparición de programas como el Remediar, Argentina Sonríe, Salud Sexual y Procreación Responsable, Enfermedades Transmisibles por Vectores, etc.
El retiro del Estado está en el centro de las políticas del gobierno nacional y ni siquiera la salud pública se está salvando de este ataque impiadoso. Son los sectores sociales más vulnerables los que sufren especialmente estos brutales recortes, lo cual es una prueba más de que para la coalición Cambiemos las prioridades de sus políticas están en atender las exigencias de los segmentos más concentrados y poderosos antes que los ubicados en el otro extremo de la pirámide social que son, justamente, los más dependiente de la acción del Estado.
Un dato elocuente: el presupuesto destinado a salud para 2017 es solo un 4,9% superior al de 2016, muy inferior al cálculo -extremadamente infravalorado del BCRA- del 17,5% para la inflación en el período. Esta poda brutal sintetiza a la perfección el pensamiento y la acción del gobierno nacional.