Jueves 04 de abril 2024

Tribulaciones de la nación en un mundo en cambio

Redacción 04/02/2016 - 04.59.hs

Señor Director:
Es fácil coincidir en el reconocimiento de que la estructuración política afronta un proceso de cambio, el cual se produce como una consecuencia de factores diversos.
Se halla en crisis la organización predominante de las naciones en cuanto a su soberanía.
En la actual crisis de medio oriente se ven dos aspectos simultáneos aunque no concurrentes a un mismo objetivo. Por un lado naciones soberanas implicadas acuden al escenario de Medio Oriente atentas no tanto a esa vasta tragedia como a sus intereses políticos y económicos. Se acusan recíprocamente de bombardear blancos seleccionados, que no siempre son los representados por la presencia del Estado Islámico. A la vez las naciones europeas y asiáticas, adversarias desde la guerra fría, acompañan la gestión de las Naciones Unidas en Ginebra para buscar una salida al conflicto porque entraña el riesgo de una conflagración mayor. Esta gestión surgió precisamente ante tal riesgo y se ha propuesto escuchar a los grupos en pugna dentro de la nación siria: el gobierno y los sectores que se le oponen y que tuvieron inicialmente el apoyo de las potencias atlánticas. Ante esa situación Rusia echó su cuarto a espadas y puso sus propios aviones a bombardear para restablecer cierto equilibrio a favor del gobierno sirio. Inicialmente, las facciones sirias contrarias al gobierno de Damasco esperaron y estuvieron a punto de conseguir que las potencias atlánticas volcaran la guerra a su favor y esto favoreció al Estado Islámico. Este riesgo fue conjurado, se dice, por una discreta gestión del papa Francisco y ahora se verá si en Ginebra la ONU logra abrir una vía transitable para dar paz a Siria, tranquilidad al mundo y alivio a los millones de emigrantes que huyen de la imposibilidad de vivir en su país.
Está claro que la suerte de Siria no solo depende de su gobierno y pueblo.
El politólogo y periodista Edgardo Mocca entiende que el renacimiento de lo nacional es uno de los signos de esta etapa en nuestro país y en el mundo y que la decadencia de la soberanía de los estados en las últimas décadas ha producido "la decadencia de la democracia". Habla de la Argentina porque entiende que cuando Macri, al asumir, juró por su honestidad y no por la patria, expresaba esta tendencia a disminuir lo nacional para insertarse en la constelación internacional que ve como más conveniente. Mocca ilustra con el momento europeo, donde la voluntad de las naciones de la Unión Europea queda subordinada en cuestiones decisivas a lo que decida la "troica" (Banco Central Europeo-Comisión Europea-FMI), o sea una instancia no nacional. Mocca estima que esto causa el surgimiento de partidos con rasgos nacionales como Podemos de España y también, en su extremo opuesto, de partidos de ultraderecha como el que lidera Marina Le Pen en Francia. En esos dos extremos se manifiesta el nacionalismo. A mi vez creo que el Mercosur, la Unasur y la Celac, que son organizaciones plurinacionales, pueden ser pensadas como reacciones del patriotismo o nacionalismo frente al hecho de que los estados representados se debaten entre amenazas igualmente desnacionalizadoras. Mercosur, Unasur y Celac nacen como resistencia al fuerte predominio de los Estados Unidos en la región, heredado de la Europa colonizadora. Lo que Mercosur y demás buscan rescatar es la posibilidad de tomar determinaciones propias y no condicionadas a una nueva metrópoli. Está claro que para lograr ese objetivo han tenido que idear estructuras plurinacionales, como Unasur y Celac. Tanto en Medio Oriente como aquí son los Estados debilitados en su soberanía los que pugnan ante nuevos poderes no limitados a una nación: las empresas multinacionales que pugnan por subordinar el Estado nacional a favor de sus intereses. Esta nueva fuerza desempeña ahora el papel de las potencias coloniales, a las cuales también condiciona.
Atentamente:
Jotavé

 


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