Jueves 04 de abril 2024

«Una huella digital que cambia»

Redaccion 26/04/2020 - 21.53.hs

POR ALEJANDRO VILLARREAL Y NAHUEL WOLFSON *
Vamos a introducir aquí algo que dimos por sentado pero que no hicimos explícito. Recapitulemos el ciclo del virus dentro de una célula: el virus entra, descarga su archivo en formato ARN el cual es leído por nuestros ribosomas (impresoras) y se imprimen las proteínas virales. Estas proteínas virales, luego se ensamblan formando otra vez una partícula viral completa que sale de la célula. Mirándolo así, pareciera que por cada partícula que entra, sale una. No es así ya que por cada partícula que entra, salen muchísimas.
El virus convierte a la célula infectada en su propia fábrica de partículas virales. Se hacen muchas impresiones de cada proteína viral y mientras más impresiones, más partículas virales saldrán de la célula a infectar otras. Aquí viene lo importante. En cada una de esas partículas virales que salen a seguir infectando, tiene que haber un archivo en formato ARN. Está claro que no pueden salir vacías. Pero la partícula original tenía una sola copia de este archivo, lo que indica que, en todo este proceso, el ARN viral necesita también ser duplicado, triplicado, etc. Llamemos a este proceso «replicación».
El ARN viral, se replica muchas veces. Es durante este proceso de replicado del ARN viral, cuando pueden ocurrir errores. Esos errores se conocen como mutaciones y ocurren completamente al azar. Si ocurre un error, esas nuevas copias de ARN viral serán distintas a la que entró originalmente. Cuando los ribosomas lean estas nuevas copias con «errores», van a imprimir proteínas con errores porque si el archivo está mal, la impresión estará mal. Estos errores o mutaciones son poco probables. Pero aunque un evento sea poco probable, es posible que ocurra si se repite el proceso muchas veces.
Por ejemplo, es poco probable levantar la cabeza de noche una vez y ver una estrella fugaz pero si levantamos la cabeza muchas veces, en lugar de una, eventualmente vamos a verla. Podemos copiar a mano mil veces un texto sin cometer errores pero eventualmente vamos a pifiar una letra. Ahora, pensemos en todo el tiempo que pasó desde el momento en que empezó esta pandemia hasta ahora: ¿cuántos países?, ¿cuántas personas?, ¿cuántas células fueron infectadas?, ¿cuántas copias se hicieron ya de ese primer ARN viral que apareció en China?. La respuesta correcta (aunque poco académica) es: pufff…una tremenda pila.
Como consecuencia de esas mutaciones aparecen en el mundo «versiones» del Covid-19. El virus va mutando con el transcurrir del tiempo, lo que lleva a dos grandes problemas: Problema 1) Recordemos la llave de entrada del virus a la célula. El Covid-19 se une a una molécula llamada ACE2. Esta molécula se encuentra también en otras especies de animales. Es similar a la humana, pero no idéntica. Imaginen un mundo pasado en donde el Covid-19 se unía a ACE2 de otras especies, pero no de humanos. En ese mundo el Covid-19 sólo infectaba ciertas especies animales, pero no la humana.
Luego de muchos ciclos de infección aparecieron mutaciones. La aparición de mutaciones pudo haber llevado a pequeños cambios en las proteínas del Covid-19 y ahora, se unen también al ACE2 humana. Así es como muchas veces los virus logran «saltar» de una especie a otra.
Problema 2) Pensemos en el método de PCR como detección. Si la secuencia de ARN viral cambia, no vamos a poder detectarlo con los mismos reactivos. Es decir, los reactivos que funcionaron bien en China hace un mes, pueden no funcionar hoy ni en China ni en Argentina. Porque el método de PCR reconoce una secuencia específica. Del problema 1 nos olvidamos por ahora. Una vez que «saltó» a nuestra especie, ya está. Más adelante discutiremos posibles «antídotos», vacunas, y otras estrategias de combate. En cuanto al problema 2, lo que se hace es secuencias el ARN en los distintos países a medida que avanzan los contagios.
Conociendo la secuencia, podemos refinar la técnica de PCR de tal manera de hacerla específica a la «versión» local del Covid-19. Hace unas semanas, un equipo argentino logró secuenciar el material genético del Covid-19 a partir de muestras de pacientes locales. Luego de leer este texto, ese acontecimiento se debería tomar como algo no menor. En la parte 6: «Los linfos de la buena memoria», veremos cómo nuestro cuerpo responde a una infección y cuáles son los fundamentos biológicos de la vacuna. (NOTA 5)

 

* DOCTORES EN BIOLOGIA. INVESTIGADORES DEL CONICET. UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES.

 

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