Domingo 21 de abril 2024

Una larga batalla para la eliminación de la pobreza

Redacción 08/07/2015 - 04.06.hs

Señor Director:
Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de las Naciones Unidas, destaca que la Argentina y Uruguay sobresalen en América latina por tener menor cantidad de pobres e indigentes y por tener mayor igualdad.
La Argentina es el país que más redujo la cantidad de pobres e indigentes en la región en la última década. Más de doce millones de personas dejaron esa condición: quince millones se sumaron a las clases medias y un millón a las clases altas. El índice argentino de pobreza en 2013 era del 4,7 por ciento de la población y el de indigencia del 1,4 por ciento. Desde el nivel de 2002 la Argentina redujo en un 92 por ciento la pobreza: en 2002 ese índice era del 57,5% (en 2013: 4,7). El de indigencia bajó un 94% en el mismo lapso (en 2002: 24,7%; en 2013 de 1,4%).
Tales cifras son impresionantes y lo siguen siendo aunque se haya tomado como punto de comparación el año 2002, que fue el de culminación de una de las peores crisis que ha soportado la sociedad argentina. Sin embargo, estos referentes (2002 y 2013, una década) dicen cuál era la situación que sirvió de punto de partida al gobierno surgido de la elección general de 2003. Los índices de pobreza actuales son aún más bajos en Uruguay y Chile, comparando la situación de salida de sus dictaduras y la fecha que toma como referente de comparación el informe de Naciones Unidas-BID. La valoración de los logros de los gobiernos de democracia (que fueron igualmente importantes en Brasil, Uruguay, Ecuador, Bolivia y otros países de la región) proviene de organismos internacionales no sospechables de intencionalidad política. Se manejan con números "a cara de perro" y de ellos resulta la posibilidad de un juicio favorable o contrario a una gestión de gobierno.
El tema de la pobreza pesa mucho en los llamados países subdesarrollados o en desarrollo. Desde las últimas décadas del pasado siglo los programas de desarrollo con su meta ideal de la igualdad en todo el mundo, el concepto mismo de desarrollo ha estado en cuestión. Sin entrar en el detalle de este proceso realmente significativo, se produjo una transición conceptual importante. En lugar de desarrollo económico se pasó a hablar de desarrollo humano. La idea de desarrollo humano se fue perfilando a través de aportes teóricos hasta culminar en 1980 con una declaración de la asamblea general de Naciones Unidas y en los años 90 con aportes que tuvieron culminación con el libro del indo Amartya Sen, denominado "Desarrollo y libertad" (l990). Sen estableció ahí que el desarrollo humano incluye parámetros económicos a la par de mayores libertades individuales, siendo éstas necesarias por dar más alternativas a las personas (para realizar su potencial). A la par del factor económico incluye Sen la idea de un compromiso social que resulta del desarrollo de tales libertades. Con la educación, la salud pública y otras medidas encaminadas a establecer una igualdad operante, el desarrollo individual (de los sectores más deprimidos) pasa de ser un fin para constituirse en una herramienta o medio para el desarrollo humano. Sen escribió que la expansión de las libertades implica incrementar las capacidades de cada individuo para procurar que se llegue a un tipo de vida valorable e incitante. Se produce un acoplamiento de la economía con la ética y se tiende a abandonar prejuicios acerca de la pobreza (entendida como un castigo divino a la falta de iniciativa y de voluntad de superación). Estas capacidades y disposiciones son inherentes a la condición humana y por eso un programa de desarrollo debe proponerse liberarlas. A su vez, el compromiso social propone que el individuo que se libera tome conciencia de su papel de medio para el fin de alcanzar mayores niveles de igualdad. Desde que sale de la pobreza es un factor para el fin de avanzar hacia una mayor igualdad en su lugar y en todo el ámbito humano.
Atentamente:
JOTAVE

 


' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?