Lunes 01 de abril 2024

Una tragedia climática que fue ayudada por acciones humanas

Redacción 18/02/2015 - 04.05.hs

La inundación de localidades serranas cordobesas, que tuvo el luctuoso saldo de siete muertos, más una joven que
hasta ayer continuaba desaparecida, no puede atribuirse sólo a un "desastre natural". Las causas de la tragedia.
IRINA SANTESTEBAN
La caída de 300 milímetros de lluvia, en sólo quince horas, en las localidades de Río Ceballos, Unquillo, Mendiolaza, La Granja, Cerro Azul, Agua de Oro, Salsipuedes y La Calera, entre otras, provocó el mayor desastre en Córdoba desde la inundación de San Carlos Minas, en enero de 1992, cuando el desborde de un río arrasó con ese pueblo serrano.
En esta ocasión, las tranquilas poblaciones ubicadas en las Sierras Chicas de Córdoba, muchas de las cuales funcionan como "ciudades dormitorio", porque sus habitantes trabajan en Córdoba capital, fueron sometidas durante más de 15 horas, a la acción de una copiosa lluvia que provocó el crecimiento de los ríos más allá de sus cauces, dando paso a inundaciones. Enormes y caudalosas masas de agua arrasaron puentes y caminos, con siete personas muertas y una joven desaparecida, además de, por lo menos, 1.500 viviendas dañadas.

 

Un pronóstico errado.
La tragedia climática evidenció la falta de previsión para detectar a tiempo este tipo de fenómenos naturales. Es que el Servicio Meteorológico Nacional sólo tiene radares en Buenos Aires, pero no en el resto del país, por lo cual las alertas meteorológicas son generales, y no pueden precisar ni el lugar exacto ni la cantidad de agua que va a caer, en una zona donde se vislumbran nubes y probables lluvias, pero no toda la dimensión de una tormenta como la que azotó a Córdoba el fin de semana.
Según el licenciado en Meteorología Marcelo Madelón "la tormenta fue prevista pero no en su magnitud", indicando que no fue tanto la intensidad sino la persistencia de la lluvia lo que provocó las graves inundaciones.
Esa falta de radar en Córdoba podría ser resuelta a partir de marzo próximo, cuando comience a funcionar el que se instaló en la Ciudad Universitaria, totalmente construido y proyectado en el país por la empresa Invap, la misma que llevó adelante el satélite Arsat I. El decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC, Roberto Terzariol, afirmó que el radar será muy útil para prevenir estos temporales. Además de ponerlo en funcionamiento, estos instrumentos deben ser calibrados, y eso lleva un tiempo, para que los datos sean más exactos.
Hasta el gobernador José Manuel de la Sota hizo referencia a la falta de previsión del temporal, pues todos los pronósticos del tiempo apenas habían indicado "inestabilidad y probabilidad de precipitaciones dispersas".

 

Llamada telefónica.
La tragedia tuvo la virtud de restablecer, aunque sea brevemente y por teléfono, el diálogo entre el gobernador José Manuel De la Sota y la presidenta Cristina Fernández, cortado desde hace años. Fue la primera mandataria la que dio el primer paso, llamando al gobernador cordobés y ofreciéndole la ayuda de la Nación, que ya se había hecho efectiva a través de la actuación de la Gendarmería y el Ejército, en el rescate de personas que debieron ser evacuadas, así como en las tareas posteriores para reconstruir las poblaciones devastadas.
A través del jefe de Gabinete de la Nación, Jorge Capitanich, se anunció la ayuda de 53 millones de pesos a los damnificados, a través de un subsidio a los beneficiarios de planes sociales, asignaciones y jubilaciones.

 

Trágico saldo.
Siete muertos provocó el temporal y todavía permanece desaparecida una joven, Mariana Di Marco, de 21 años, quien se encontraba acampando en la zona y fue arrastrada por la corriente. En Colonia Hogar la tragedia enlutó a la familia de Jorge Moyano y su esposa Lucía Peralta, quienes fallecieron en el interior de su auto, que fue arrastrado y dado vuelta por las aguas, mientras que su yerno Jorge Luis González también murió pese a los esfuerzos de quienes intentaban socorrerlo, junto a su esposa, embarazada de 4 meses, única integrante de la familia que se salvó milagrosamente y gracias a la ayuda de pobladores solidarios.
Los daños todavía no han podido ser cuantificados, pero según el ministro de Desarrollo Social, Daniel Passerini, son 1.500 las viviendas afectadas, con diferente grado de destrucción, algunas directamente arrasadas por la correntada.
Por otra parte, están las pérdidas en mobiliario, mercadería, aparatos eléctricos y electrónicos, etc., que perdieron pobladores y comerciantes, algunos de ellos con pérdidas totales.
Caminos y puentes fueron directamente levantados y arrancados; árboles caídos aplastaron viviendas y automóviles. El acueducto de Río Ceballos se dañó en dos tramos, uno de ellos de 200 metros de longitud, lo que llevará varios días de trabajo para su reparación. Esas roturas cortaron el suministro de agua hacia las localidades de Unquillo, Mendiolaza, Río Ceballos, Agua de Oro y Cerro Azul. Por eso, la demanda de agua potable era la más acuciante, afortunadamente provista por las innumerables muestras de solidaridad, que colmaron los centros de acopio de elementos para los afectados.

 

Solidaridad popular.
La ayuda de los vecinos no se hizo esperar. Desde el mismo día domingo 15 en que se conoció la afligente situación de los pobladores de esas localidades afectadas, comenzaron a llegar las donaciones de agua mineral, frazadas, colchones, ropa, elementos de limpieza y aseo, por parte de anónimas personas, solidarias con sus vecinos, aún provenientes de otras ciudades, como Córdoba.
A pesar del feriado de Carnaval, mucha gente, en particular jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba, se hicieron presentes en el lugar para colaborar en las tareas de limpieza y reconstrucción de esas comunidades devastadas.

 

De campaña electoral.
La tragedia de Sierras Chicas sorprendió a los dirigentes políticos, que estaban en plena campaña para definir las candidaturas para las elecciones a gobernador en la provincia. Así, el ministro Passerini, precandidato del PJ gobernante, se mostraba junto a la pareja de De la Sota, la dirigente de Río Cuarto Adriana Nazario. Por otro lado, Juan Schiaretti, quien fuera gobernador de Córdoba en el período 2007-2011, cuando le ganó en ajustada elección a Luis Juez, había proclamado su fórmula junto a Martín Llaryora, ex intendente de San Francisco y actual ministro de Industria.
El gobernador De la Sota, por su parte, se encuentra en campaña presidencial desde hace mucho tiempo, recorriendo el país, y sobre todo los canales de Buenos Aires, donde llegó a participar durante algunos minutos en el programa de Marcelo Tinelli.
De la Sota y Passerini debieron abandonar raudamente la campaña electoral para ocuparse de los gravísimos problemas ocasionados por la tormenta y las inundaciones, en medio de las quejas de los vecinos porque la ayuda no llegaba a tiempo. Hasta el momento, no se conocían precisiones del gobierno provincial, acerca de la asistencia concreta a los vecinos que han perdido sus casas y sus negocios, salvo el anunciado por la Nación, a través del jefe de Gabinete, de 53 millones de pesos en ayuda social.

 

La mano del hombre.
Fueron muchas las voces que atribuyen esta tragedia, no sólo a la acción climática, indudable, sino también, a causas provocadas por acciones imprudentes como deforestación, desmontes, emprendimientos inmobiliarios sin analizar el impacto ambiental, entre otros.
Córdoba es una de las provincias cuyos bosques naturales han sido más depredados; el 95% de éstos han sido talados y de las 12 millones de hectáreas que existían, sólo 600 mil subsisten hoy. Ese proceso de deforestación estuvo asociado al cultivo de soja desde mediados de los años ´90.
También los emprendimientos inmobiliarios en las sierras chicas, cercanas a la ciudad de Córdoba, con hermosos paisajes, han sido motivo de quejas por parte de ambientalistas, porque para hacerlos se provocan talas indiscriminadas de árboles y flora autóctona; y porque muchas veces las edificaciones se realizan en suelos que han sido cauces de ríos. En estos casos, cuando los ríos se desbordan, buscan su cauce originario, provocando inundaciones en zonas pobladas.
El biólogo Federico Kopta, del Foro Ambiental Córdoba, declaró al diario cordobés La Voz del Interior (17 de febrero) que en el deterioro de las cuencas "influyen las urbanizaciones, los desmontes, los incendios, la flora exótica".
Explicó que la conservación nativa en las cuencas disminuye el impacto de las lluvias, porque las raíces actúan como una red y la vegetación como una esponja, pero con los desmontes de la flora autóctona se producen escurrimientos y erosión. Esta situación se agrava, explicó Kopta, en caso de urbanizaciones, porque "el cemento no escurre".
Para el biólogo es necesario realizar un buen ordenamiento territorial, evitando asentamientos urbanos en cauces o palio cauces (antiguos cauces), porque de lo contrario, indicó, los desastres como el ocurrido el domingo en las Sierras Chicas pueden ser cada vez más frecuentes.
Quiere decir que una vez más, la tragedia indica que los gobiernos deben invertir en obras que impidan que los desastres naturales sean más trágicos aún, porque a la acción de la naturaleza se le agrega la acción del hombre, en desmedro del medio ambiente y de la propia población que luego sufre las pérdidas de sus viviendas, y hasta de sus propias vidas.
Y en el caso de las grandes empresas urbanísticas, deberá exigirse que antes de promover hermosos countries y barrios cerrados en la zona, realicen los estudios pertinentes, de suelo y de cuencas, para evitar los anegamientos en el propio terreno, o en los que son perjudicados cuando las construcciones superiores, perjudican a quienes viven en terrenos ubicados río abajo.

 


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