Martes 23 de abril 2024

Relatos para viajar con la mente

Redaccion Avances 18/12/2022 - 09.00.hs

El nuevo libro de Osvaldo Beker nos entrega textos de una gran riqueza visual y sensorial en los que narra lo vivido en diversos viajes.

 

María Evangelina Vázquez *

 

El escritor ha publicado sus 66 Breves relatos de viaje. Aguafuertes de un flâneur (CMG Ediciones, 2022). En estos relatos descubriremos mundos, sensaciones, experiencias que algunos hemos vivido en nuestros viajes, pero no podemos poner en palabras. También valiosas reflexiones, originales críticas sobre la realidad que observa el escritor en las interacciones con su entorno. Su prosa es limpia y clara, directa y rica en recursos. Con altas dosis de descripción y narración los textos cobran vuelo y nos sumergen en estos viajes que el autor ha realizado por varios continentes: Europa, América, Asia y África. El libro nos habla del placer de deambular sin rumbo, aunque también de la posibilidad de convertirse en una “brújula humana”.

 

Osvaldo Beker (1974) es Licenciado y Profesor en Letras (UBA), Licenciado y Profesor en Comunicación (UBA). Máster en Análisis del Discurso (UBA), Doctor en Ciencias Sociales (UBA). Docente e investigador en la UBA, en la UCES y en el Instituto Eduardo Mallea.

 

- ¿Qué fue lo que más te impactó de tus viajes?

 

- No es fácil de contestar esta pregunta. Son muchas las cosas que impactan en distintos viajes: el comportamiento de la sociedad, ciertos paisajes (urbanos o naturales), el desempeño que uno puede tener en culturas tan diferentes a la nuestra. Supongo que, quizás, lo que más impacta son las divergencias en cuanto al estilo de vida siempre que hacemos la comparación con nuestra propia cosmovisión

 

- ¿Cómo surge la idea de hacer este libro sobre tus viajes? ¿Hay algún cronista que te haya inspirado?

 

- Sí, son muchos los excelentes cronistas que han llevado adelante sus escritos con impresiones de sus viajes. Partamos de Colón, Ulrico Schmidl, o Antonio Pigafetta… En la actualidad el mejor, para mí, es Martín Caparrós. Pero hay muchos y muchas, de nuestro país y de afuera, actuales y clásicos. No querría olvidarme de nuestro escritor más prolífico: Sarmiento. Fue un enorme cronista de viajes.

 

- ¿Los fuiste escribiendo en el transcurso de los viajes o esperaste a retornar?

 

- Ambas modalidades. Algunos fueron escritos durante los viajes y otros ya emprendida la vuelta. De todas formas, los escritos durante los viajes experimentaron ciertos “retoques”, ciertas reescrituras necesarias.

 

- ¿Cuáles son los recursos o figuras retóricas a las que más apelás con tu escritura?

 

- No soy consciente de cuáles son las figuras retóricas que más empleo. Sin embargo, si tuviera que arriesgar, diría que son las enumeraciones, cosa que le robamos a Borges (bien vale confrontar lo que Michel Foucault dice en el comienzo de su libro Las palabras y las cosas).

 

- Contanos cuál es tu relato preferido

 

- No sé si está muy correcto indicar cuál sería mi “preferido”. En todo caso, uno podrá tener algunos textos que haya alcanzado cierto grado de “felicidad”. En este sentido, estoy contento, o satisfecho, con lo que dije sobre el Vaticano o sobre Inglaterra (el cuadro al que hago referencia ahí “me puede”).

 

- ¿Cómo surge el título Aguafuertes de un flâneur? ¿Hay una referencia a Roberto Arlt?

 

- Naturalmente. Es un robo a Roberto Arlt, quien escribió sus aguafuertes porteñas, sus aguafuertes madrileñas, sus aguafuertes cariocas. Las primeras son conocidas: con respecto a las otras dos, hay mucha gente que desconocía sus existencias.

 

- ¿Podrías hablarnos acerca de la figura del flâneur y qué importancia tiene para vos?

 

- Esa figura es equivalente en el habla a la figura del causeur que tanto explotó Lucio Victorio Mansilla. Esta última se refiere al que habla y habla, al que siempre tiene algo para decir, al experto en el discurso oral, a quien no le teme a la ceremonia de la conversación. La figura de la que yo hablo en el libro se refiere a aquel que no tiene un rumbo prefijado contundente mientras viaja, al que deambula y esquiva los mojones más visitados de un lugar. Por supuesto que el término remite a Baudelaire.

 

- ¿A qué país volverías y cuál es tu destino pendiente y por qué?

 

- No son muchos los lugares a los que volvería. Por supuesto que jamás volvería, definitivamente, a Miami o a Punta del Este (hay todo un trasfondo de índole ideológica y estética en la decisión). Pero sí volvería a Río de Janeiro (fui cuatro veces y siempre hay que volver allí), a Londres o a Moscú. ¿Pendientes? Muchísimos. En principio la India, Indonesia, Nepal o Australia, pero bueno, dejarán de ser pendientes el mes que viene…

 

- ¿Cómo has hecho para registrar cada sensación a medida que la ibas viviendo?

 

-Yo respondería más bien que hubo centenares de sensaciones que jamás registré por escrito. Por eso digo que el libro muestra fundamentalmente lo que es una sinécdoque: son recortes, fragmentos, estampas, escenas.

 

- ¿Se puede decir que es un libro con énfasis en las descripciones y lo sensitivo?

 

- Yo creo que es difícil encontrar textos que no desplieguen secuencias discursivas descriptivas. Todo texto describe. Es muy difícil no describir. Por ende, sí, hay descripciones en los relatos del libro, pero como se trata de una sinécdoque, entonces están circunscriptas, acotadas: “Para muestra basta un botón”.

 

- ¿Cuál es la importancia de lo narrativo en estos relatos?

 

- Creo que es fundamental. Muchos de los relatos intentan transmitir anécdotas que he experimentado. Por lo tanto, si se trata de “anécdotas”, hay entonces cierta obligatoriedad de apelar a las secuencias discursivas narrativas. No habría otra forma…

 

- ¿Es un libro de contrastes?

 

- Sí, lo es. Los contrastes están puestos en la comparación de otros destinos con lo que representa nuestra ciudad. Esto mismo es señalado por Tzvetan Todorov en su libro La conquista de América o por Edward Said en Orientalismo. Es imposible no comparar. Es como el signo para Saussure: ¿cómo adquiere valor un signo? Pues contrastándolo con otro.

 

Por otro lado, también hay una serie importante de contrastes en lo que se refiere a la “distribución” de los bienes materiales y simbólicos en el mundo…

 

- ¿Se puede decir que predomina el lenguaje culto o el popular?

 

- Yo diría que ambos están presentes. Por supuesto que hay nociones que remiten a conceptos, categorías, artistas (escritores, pintores, escultores), pero eso no significa que no haya espacio para nuestra habla rioplatense en lo que a despliegue de la oralidad se refiere.

 

- ¿En los relatos se puede apreciar un tono crítico o más bien de humor, o los dos están presentes?

 

- Yo creo que ambos están presentes, o intentan estarlo. El humor actúa, a veces, como un fenómeno que contribuye a descomprimir cierta escena. Y lo crítico está presente en la mirada del narrador que es una suerte de cronista de viajes.

 

* Escritora

 

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