The Sandman

Basada en la historieta escrita por Neil Gaiman e ilustrada por Sam Keith, Mike Dringenberg y Malcolm Jones III, The Sandman llegó a Netflix el 5 de agosto.

 

Paulina Alonso Ferrer *

 

La serie producida por DC Entertainment, Warner Bros y distribuida por Netflix, ha ocupado el puesto número 1 de las más vistas en la plataforma y sigue permaneciendo en el podio a semanas de su estreno.

 

El sueño de ver The Sandman en la gran pantalla se ha hecho realidad y todo lector del cómic puede descansar en paz. Desde los primeros vistazos en Tudum (2021), y ante las decepciones que algunas adaptaciones de cómics han traído a sus fans, la idea de que la “obra imposible de realizar” fracase estaba dentro de las probabilidades. Sin embargo, la intervención de Neil Gaiman en la producción, guión y dirección artística de su obra más apreciada nos daba seguridad en que la nueva narrativa visual sería fiel a su historia original.

 

Con un excelente Tom Sturridge como Morfeo (nuestro protagonista), y un cast excepcional: David Thewlis (John Dee), Gwendoline Christie (Lucifer), Kirby Howell-Baptiste (Muerte), Vivienne Acheampong (Lucienne), Boyd Holbrook (El Corintio) y Mason Alexander Park (Deseo); llegaron a nosotros los 10 capítulos de The Sandman, más un capítulo especial que se estrenó este 18 de agosto. El arco argumental sobre el que se sustenta esta primera temporada abarca los dos primeros volúmenes de la serie: Preludios y nocturnos (1989) y La casa de las muñecas (1990).  Mientras que el último episodio narra las historias de “El sueño de los mil gatos” y “Calíope”, ambas pertenecientes al volumen 3: País de ensueño (1990). Asimismo, Netflix con el fin de presentar un medio para quienes deseen profundizar en la historia lanzó la página https://thesandman.com/, allí encontrarán información sobre los personajes y fragmentos visuales de la serie.

 

Sueños que inspiran.

 

Era junio de 1916 cuando Roderick Burgess en un acto de arrogancia y extrañación decidió junto a su culto apresar a la Muerte. Por equivocación, fue su hermano Morfeo, Señor de los sueños, quien terminó prisionero de un grupo de aficionados. Despojado de sus atributos, un yelmo, una bolsa de arena y un rubí, Morfeo permaneció ausente de su mundo y sus deberes por más de un siglo. Ante su ausencia, el Reino de El Ensueño sucumbió a la ruina, y la humanidad a la desesperanza. Este es nuestro inicio, y a lo largo de esta primera temporada observaremos cómo nuestro personaje principal emprenderá una aventura en busca de los materiales que le fueron despojados, e intentará reconstruir su reino nuevamente.

 

Lo que atraviesa cada número del cómic, y lo que permite vincular los volúmenes en una temporada es la pregunta sobre ¿qué es de la humanidad sin sueños y pesadillas? El aprisionamiento de Sueño por deseos egoístas privó a mundos enteros de la acción de soñar, de imaginar y de enfrentar sus temores. Es en el mundo onírico que Morfeo creó, y al que ingresamos plácidamente todas las noches, donde procesamos nuestras experiencias, asimilamos ideas y ordenamos lo caótico de vivir. Por medio del sueño nos inspiramos, creamos realidades posibles, comprendemos nuestro pasado y transformamos al mundo. Sin ellos la humanidad se pierde, intenta aferrarse a satisfacciones superficiales y finalmente se destruye. Soñar es darle sentido a una vida sin sentido, y de eso trata The Sandman. Y es por ello que invito, a quien aún no lo haya hecho, a adentrarse en Ensueño e ingresar a un mundo nuevo de fantasía.

 

Una obra imposible.

 

“La unidad básica del cómic es una página (...) Hay entre 20 y 24 páginas en un cómic. No es mucho espacio para contar una historia (...) una regla simple es decir que cada momento debe decirnos algo que debemos saber de un personaje o ayudar al avance de la historia” (Kelly Sue DeConnick, 1990). Adaptar un cómic a la pantalla implica transformar lógicas narrativas. Al igual que en un sueño, nos sumergimos en múltiples historias con inicios y conclusiones inciertas. No encontrarán ni en la serie ni en la historieta un relato lineal. Participarán en fragmentos narrativos que en primera instancia resultarán desconcertantes: nuevos personajes, nuevas locaciones, nuevas aventuras episodio a episodio. Por lo tanto, es fácil perderse en un laberinto de historias. Cada capítulo de la serie respeta un número del cómic, y para su adaptación en la pantalla se agregó contenido argumental, y se profundizó en el desarrollo de muchos personajes. No teman a la narración incierta porque a medida que la historia avanza todas las ideas dispersas conformarán un todo coherente. A mi entender, ver y leer The Sandman es dejarse llevar por el relato que se presenta.

 

En cuanto a lo visual, realizar The Sandman conllevaba grandes dificultades técnicas. Los ilustradores Mike Drigenber, Malcom Jones III, Sam Keith, entre otros, conformaron un mundo con un estilo surrealista, vibrante y terrorífico, con múltiples locaciones de dimensiones inconmensurables y que, en el caso de realizarse, se iba a transformar en un proyecto caro. No obstante, el costo valió la pena, artísticamente hay amor al detalle tanto en el set, el vestuario y en el intento de llevar a cabo escenas idénticas a los números originales. Desde el título de apertura hasta los créditos realizados por el ilustrador Dave MacKean, creador de las portadas y separadores del cómic, la serie hace honor a su inspirador. Asimismo, incluye nuevas herramientas visuales fascinantes y atractivas como la ilustración al óleo en 2D y 3D en “El sueño de los mil gatos”. En lo único que la producción falla es en algunos efectos, en los cortes de escena agresivos, y en no adentrarse más en las atmósferas grotescas y perturbadoras que el cómic nos ha presentado.

 

A grandes rasgos, podemos afirmar que estamos en presencia no de una adaptación literal del cómic, sino de una nueva readaptación de una historia única y disruptiva, donde se supo interpretar la narrativa singular a un mundo visual con lógicas diferentes. Es una obra interpelativa, única y atractiva que se lleva la aceptación del fan y el corazón de los nuevos curiosos.

 

* Estudiante de Historia – UNLPam