Jueves 25 de abril 2024

"Goyo" Peralta, el que siempre está con el Deportivo Penales

Redacción 18/08/2022 - 09.30.hs

El hombre grandote -ahora y con el paso de los años un poco menos- constantemente está. Donde la gente de su club lo necesite, Pedro "Goyo" Peralta dirá presente. Siempre presente. Es una persona que desde que tiene uso de razón percibe en su cuerpo ese cosquilleo especial cuando le hablan del Deportivo Penales, porque siente todo el tiempo que una franja azul le cruza el alma... desde que era un pibe.

 

Y así las cosas Pedrito estará siempre, con ese modo de simplicidad, de cierta ingenuidad, que pareciera caracterizar a las personas buenas. Porque Pedro -"Goyo" es un apelativo que alguien le adosó en sus épocas del secundario- es sobre todo eso: un buen tipo.

 

Como era ayer.

 

"Hace 60 años entraba a los vestuarios después de los partidos y le repartía a los jugadores naranjas que llevaba en una bolsa de arpillera... ahora, tanto tiempo después sigo haciendo lo mismo...", expresa en ese tono que nunca tendrá que ver con la estridencia ni la grandilocuencia. Con la sencillez de quienes no necesitan alzar la voz para decir presente.

 

Aunque en verdad lo que hoy en día reparte son algunos sandiwches y gaseosas, para los muchachos que cada domingo hacen el esfuerzo defendiendo los colores del Deportivo Penales.

 

Pedro Aníbal Peralta (73), al que en algún momento de su paso por el Colegio Comercial le adosaron el "Goyo" que fue el apodo de un gran boxeador de otros tiempos -Gregorio "Goyo" Peralta-, es nacido en Victorica, pero desde 1953 vive en Santa Rosa.

 

La familia Peralta.

 

Hijo de Pedro Bernardo, quien fuera empleado de la Colonia Penal de Santa Rosa; y de Nila Ordóñez; tiene una única hermana, Estella Maris, menor que él.

 

Se casó hace varios años con Gladys Esther Bongiovani, con quien tuvieron a Fernando (35), que es personal trainner y tiene un gimnasio.

 

Pedro cursó estudios primarias en la entonces escuela 233 (hoy 243), la Roger Valet; y el secundario en el Comercial, donde tendría como compañeros/as a Cristina Regazzoli, La Negra Laurenzano, Juan Carlos Martini (supo ser Director de Institutos Penales) y Ernesto Fanego entre muchos otros.

 

A metros del club.

 

Cuando la familia Peralta llegó a Santa Rosa vivió en la calle Córdoba, hasta que en 1956 se trasladó a Larrea 375, en el corazón de Villa Alonso; y "a la vuelta, a metros" del Deportivo Penales, dice por si a alguien no le quedó claro.

 

Después de recibirse de Perito Mercantil "Goyo" se desempeñó en diversos trabajos: en Credi Hogar (una financiera que trabajaba con bonos) donde estuvo 7 años; después un año en Danlow Sport (frente al Banco de La Pampa vendía ropa y elementos deportivos, y su propietario era José Pastor); más tarde varios años en Pampa Neumáticos; hasta que en 1986 entró en la Provincia en la parte contable de Salud Pública donde se iba a jubilar.

 

De la mano de su padre.

 

Su vinculación con el Deportivo Penales se produjo porque su padre, como quedó dicho, era empleado de la Colonia Penal -precisamente de la ligazón del club con la institución viene el nombre y también el mote de "los carceleros"-. Peralta padre llegó a integrar la comisión directiva, en tiempos de los hermanos Jorge (eran tres), Arturo Varas, Romualdo Díaz, Humberto Dosio, Aníbal Aguilar y Miguel Gordillo, entre otros.

 

Pedro es de esos personajes de los que hay en todos los clubes, y que por una cuestión de humildad prefieren ser anónimos; trabajar desde el silencio porque no tienen otra pretensión más que la de ayudar a la institución que un día aprendieron a amar.

 

Desde 1960.

 

"¿Cómo llego a Penales? Me acerqué en 1960 acompañando a mi padre, cuando la sede estaba en la calle Gil (al lado del ACA); y después cuando se compró el terreno en Pueyrredón 555 ya me metí y nunca más salí... quedé pegado y el club pasó a ser mi segunda casa. La mayor parte de las horas de todos los días las he pasado allí", resume.

 

Rememora que su papá "también hizo un poco de todo, y anduvo algo así como de utilero porque sabía llevar las camisetas para que de vez en cuando las lavara mi vieja. Cuando Penales se vino cerca de casa (Pedro vive en la misma vivienda en la que lo hizo con sus padres), enseguida se armó la cancha de bochas que daba al fondo de nuestro terreno. Así que ahí acompañé bastante acomodando el piso de las canchas", acota.

 

Testigo de la gloria.

 

Pedro admite que, aún cuando le apasiona, nunca llegó a jugar al fútbol... "Nunca pisé una cancha, pero sí lo seguí siempre a Penales. Y recuerdo perfectamente cuando se consagró campeón la última vez en 1962, con jugadores como Omar Lupardo, Miguel Calloni, Dacal, 'Pergamino' del Río, Héctor Ferreyro, Edilio Zabala, Graboski; Manolo, Alfredo y Jacobo Rambur; Oscar Conde, Carlos Gaia, "Chanfle" Gómez, Carlos Teves... del campeonato que se ganó en 1958 era muy chico y casi no me acuerdo demasiado", admite.

 

Pedro presidente.

 

Alguna vez, cuando en algún momento hubo una suerte de acefalía en Penales, y porque había que recomponer la comisión directiva, Pedro Peralta aceptó el desafío de asumir la presidencia. "Era 1982 y se pelearon algunos dirigentes y el club quedó medio en banda... pero por suerte en Personas Jurídicas trabajaba Tachi Gaich que nos dio una mano y pudimos salir adelante... Y ahí agarramos los que estábamos siempre en el club: Salvador, Porcel, Blanco, yo... Pero era nada más que para salir del paso", completa.

 

"Lo veo bien al club".

 

Hoy se puede ver que la institución se ha fortalecido, y el mismo Pedro sostiene que "en comparación con otros años lo veo bien, a pesar que seguimos renegando porque no se acerca mucho la gente. Pero dentro del todo estamos muy bien... en lo futbolístico muy conformes con Pepo Seibel y los chicos que vinieron en su momento del Centro Empleados de Comercio y hoy son parte de la vida del club. Muchos tienen menos de 20 años, pero se los nota comprometidos y eso nos alegra mucho", evalúa.

 

Siempre presente.

 

Alguna vez Pedrito se fue enojado del Deportivo Penales -ya ni se acuerda por qué-, pero fue "nada más que un tiempito... sólo 15 ó 20 días, y la verdad es que lloré mucho en ese momento porque me dolía demasiado. Pero recapacité y volví... y aquí estoy como hace más de 60 años", sonríe satisfecho.

 

Con esa simpleza que es una característica suya, casi en silencio, como no queriendo que se note demasiado su presencia, Pedro está: para vender entradas en un partido de fútbol; o acercándose a la cancha de bochas a ver si todo está en orden; o para cualquier actividad de que se trate. "Sí, o para entrar a los vestuarios y ofrecerle algo a los jugadores... Como antes. Tengo casi 74 y hago lo mismo que cuando tenía 10...", sonríe y evoca aquellos buenos viejos tiempos.

 

¡Dónde me voy a ir!"

 

En el final demuestra otra vez que nada -más allá de su familia- le interesa más que el Deportivo Penales... "Hoy estoy en un cargo, y lo que les digo a los demás en el club es que aprovechen mi lugar para alguien que pueda hacer algo más... ya estoy de vuelta en la vida, y hay gente joven, con otras ideas y que puede hacer mucho. Pero bueno... siempre me tiran un cargo porque tienen miedo que afloje y me vaya, pero eso no va a pasar. Si el club es mi vida y la de mi familia. ¡Qué me voy a ir!, ¡Dónde me voy a ir!". (M.V.)

 

' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?