"Disparen a matar", dijo el presidente

El presidente de Kazajistán, Kasim Yomart Tokayev, ordenó "disparar a matar" sin previo aviso contra los manifestantes que protestan desde el 2 de enero. Estas movilizaciones dejaron más de 3.000 detenidos y provocaron una respuesta represiva del gobierno, condenada por potencias occidentales pero apoyada por Rusia y China. "Quien no se rinda, será destruido. Ordené a los órganos de la Policía y el Ejército que disparen a matar sin previo aviso", dijo Tokayev, quien también dirige el Consejo de Seguridad del país.

El mandatario sostiene que los disturbios son organizados y atizados por unos 20.000 "extremistas" en la antigua capital, Almaty. "Resulta de crucial importancia entender por qué los preparativos de ataques de células durmientes en la clandestinidad, pasaron desapercibidos por el Estado. Solo Almaty sufrió el ataque de 20.000 extremistas", afirmó en un discurso televisado. El presidente los identificó como "profesionales de la subversión ideológica, hábiles en el manejo de desinformación y noticias falsas y capaces de manipular los ánimos".

Kazajstán, una ex república soviética con una superficie similar a toda Europa Occidental, limita con Rusia y China, y posee gran importancia estratégica por sus enormes reservas de petróleo, gas natural, uranio y metales preciosos. Desde hace una semana es escenario de una inédita revuelta social provocada por un aumento en la tarifa de gas, que se extendió a distintas ciudades.

Discurso bélico.

Aunque una comisión ordenó reducir los precios del combustible, las protestas no cesaron y derivaron en disturbios que dejaron un número indeterminado de víctimas y centenares de heridos. La acción represiva y las declaraciones bélicas del presidente desataron una ola de reacciones, desde el repudio y la condena de capitales occidentales hasta el sólido apoyo de China, Rusia y otros aliados.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y Ursula von der Leyen, titular de la Comisión Europea, exigieron el fin de la violencia y recomendaron moderación a las partes, en una conferencia conjunta. Referentes de la ONU, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos condenaron la violencia, exigieron una solución pacífica y reclamaron al gobierno el restablecimiento de los medios de comunicación y garantías para la población civil. También la chilena Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, pidió "abstenerse de usar la violencia" y alcanzar una "resolución pacífica" del conflicto.

Tropas rusas.

En cambio, el presidente de China, Xi Jinping, elogió la decisión de Tokayev, calificándolo de "líder muy responsable", según medios locales. "Tomó medidas contundentes en un momento crítico y rápidamente calmó la situación, mostrando responsabilidad y un sentido del deber político, mostrándose muy responsable hacia su país y su pueblo", expresó Xi, según la agencia Xinhua. Mientras tanto, Rusia envió tropas para desarrollar una "operación antiterrorista" contra los manifestantes.

La intensidad y el carácter repentino de las protestas causaron impacto en Kazajistán, una nación con 19 millones de habitantes, conocida por un gobierno tan estable como autoritario. Tokayev decretó el estado de emergencia hasta el 19 de enero y un toque de queda entre las 23 y las 7 horas. Desde el Ministerio de Interior informaron ayer que las fuerzas de seguridad mataron a 26 manifestantes durante los disturbios y que otros 18 resultaron heridos. Según las fuentes, fallecieron 18 miembros de fuerzas de seguridad más de 700 resultaron heridos.

(Télam)