Domingo 02 de noviembre 2025

Víctima de un patovica demandó a la comuna

Redacción 04/07/2011 - 05.32.hs

Víctor Omar Sosa demandó al propietario del boliche Mi Refugio, el boxeador retirado Miguel Angel Campanino y a la Municipalidad de Santa Rosa, entre otros, por daños y perjuicios. Les reclama un resarcimiento de 567.066,67 pesos por las serias lesiones que recibió a principios de julio del año pasado, cuando dos patovicas del local nocturno lo echaron violentamente, golpeando su cabeza contra un portón metálico.
El demandante tenía entonces 40 años y sufrió una doble fractura de cráneo, por la cual fue trasladado de inmediato al hospital Lucio Molas donde permaneció internado en la sala de Terapia Intensiva, conectado a un respirador artificial. Cuando su estado mejoró, lo trasladaron a una sala común, pero, antes de recibir el alta médica abandonó el nosocomio, al que regresaría una semana después, para quedar nuevamente internado producto de las mismas lesiones.
Por aquel hecho se abrió una causa penal. El juez Néstor Ralli, a cargo de la investigación, dispuso, primero, la detención de dos custodios, pero luego liberó a uno de ellos, al que le dictó el sobreseimiento. El otro quedó procesado como responsable de las lesiones sufridas por la víctima.

 

Expediente.
La causa iniciada ahora es civil. Se tramita en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Laboral y de Minería 2 de esta capital. El expediente en cuestión es el 85.640, caratulado: "Sosa, Víctor Omar c/Campanino, Miguel Angel y otro s/daños y perjuicios".
El Departamento Ejecutivo del municipio giró la información referida a la demanda al Concejo Deliberante, puesto que el cuerpo debe ser informado dentro de los treinta días posteriores a la notificación de la comuna. Las actuaciones fueron giradas a la Comisión de Administrativa y Reglamentaciones.

 

Los hechos.
De acuerdo a las crónicas de aquellos días, Sosa estaba en Mi Refugio junto a su pareja, Silvia Ernst, cuando comenzó a discutir con otro concurrente que quería sacar a bailar a ella. Eran entre la 1 y la 1.30. Allí intervino uno de los "patovicas" del lugar, quien llevó a Sosa a una parte trasera del local. Ernst le había contado a LA ARENA que cuando quiso evitar que lo llevaran otro custodio la tomó de los pelos y la obligó a quedarse sentada.
Cuando la mujer salió a la calle, encontró a Sosa tirado inconsciente en la vereda con un profundo corte en la cabeza. El acusado habría declarado entonces que cuando sacaba a la víctima por la puerta de la calle San Juan (una especie de salida alternativa a la principal, que da a la calle Chaco) lo llevaba haciéndole una "llave", donde le sostenía los brazos por detrás de los hombros haciéndole "palanca" para reducirlo, y que en esa circunstancia Sosa trastabilló y, al soltarlo, cayó contra un portón.

 


'
'