Jueves 17 de julio 2025

Incluyen poema como prueba

Redacción 07/04/2014 - 01.38.hs

En un hecho inédito, un poema fue incorporado como prueba en el expediente vinculado a la causa donde se juzga a cinco represores que actuaron durante la última dictadura cívico-militar. Se investigan delitos de lesa humanidad relacionados con el centro clandestino de detención y tortura, La Escuelita.
Se trata del libro de Carlos José Kristensen, llamado "Salmos del Exilio", que fue leído por el hermano del autor, Edgardo, durante el juicio que se lleva a cabo en la provincia de Neuquen y donde la fiscalía solicito penas de cadena perpetua para los genocidas.
"Los textos de mi hermano en el exilio son una mirada al futuro más que un lamento, tenía miedo de volver a la Argentina. Mi padre cumplió 80 años y no pudo asistir al festejo", contó Edgardo ante el tribunal, después de leer las poesías de su hermano. Las partes y los jueces aceptaron allí que el libro se incorpore al expediente.
Kristensen se exilió en Dinamarca en el 79 con su familia y murió en 1996. Estuvo detenido en la cárcel de Rawson en 1976 junto a los pampeanos Roberto Gil, ex diputado; el ex ministro Santiago Covella, Hermes Accátoli, José Mendizabal, Miguel Maldonado y Nelson Nicoletti.
"Era un gran poeta, una excelente persona. Estudiaba mucho, era un gran luchador, muy amigo de Edgar Morisoli. Con él, estuvimos detenidos en un pabellón en Rawson", comentó brevemente Nicoletti, al ser consultado por este medio.
Durante el juicio, Edgardo Kristensen, un productor rural de 75 años, recordó sobre la detención de su hermano: "El 25 de marzo del 76 lo detienen en su departamento y lo llevan a la Federal. Me contó que sufrió castigos. Lo dejaron molido a palos y picaneado". Ambos pudieron identificar al represor Raúl Guglielminetti, durante las sesiones de tortura.
Carlos fue torturado en la U9 y luego lo trasladaron con un grupo en avión a la ciudad de Rawson. Allí, compartió pabellón con seis pampeanos. En su detención, fue visitado dos veces para que conociera a sus sobrinos.
Actualmente, los imputados son el teniente coronel retirado Jorge Di Pascuale, quien se desempeñaba como jefe de Inteligencia; Jorge Soza, por entonces segundo jefe de la Delegación Neuquén de la Policía Federal; y el coronel retirado Mario Alberto Gómez Arenas, ex jefe de Inteligencia del Destacamento 182.

 


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