Sabado 23 de marzo 2024

A los 92, va por su título de primaria

Redacción 09/11/2022 - 09.54.hs

Llegó caminando despacio, apoyada en un bastón pero con su figura erguida y la mirada arriba. Alta, elegantemente ataviada, el cabello plateado y dos lindos pendientes que le daban un aspecto vivaz a su rostro -perfectamente maquillado para la ocasión-, llegó acompañada por algunas docentes del establecimiento.

 

Ascensión Fernández tiene 92 añitos, y en la Escuela para Adultos nº 1 "Profesor Honorio Romero" de Santa Rosa recibirá pronto su certificado por "reconocimiento de saberes". Con seguridad no debe haber muchos casos en nuestro país de personas que, a su edad, procuren el pliego que dará constancia que ha completado su escuela primaria.

 

En una escuela rural.

 

Porque aunque los registros la hagan figurar como analfabeta, eso no es así de ninguna manera con Ascensión, que lee y escribe perfectamente. ¿Y entonces? Lo cierto es que Ascensión concurrió cuando pequeña a una escuela rural, distante dos leguas de Santa Rosa, pero sólo hasta cuarto grado porque "había que trabajar", por lo que no recibió el certificado correspondiente. "¡Pero sé leer y escribir!", repite decidida y como para que no queden dudas.

 

Nacida en 1930.

 

Es nacida el mismo año que el general José Félix Uriburu derrocaba al presidente democrático Hipólito Irigoyen, y daba comienzo a lo que se conoció como la Década Infame.

 

Ese mismo 1930, en Estados Unidos le otorgaban la patente a Albert Einstein por la invención del refrigerador; y a su vez en España, el filósofo José Ortega y Gasset publicaba "La rebelión de las masas".

 

Llegada a Santa Rosa.

 

Santa Rosa era todavía un pequeño pueblo, y muchas familias vivían en chacras y campos de las cercanías. Una era la de Ascensión, que junto a sus padres y alguno de sus hermanos -eran nada menos que 14- recién a sus 15 años llegó a Santa Rosa para ir a vivir "enfrente de la Colonia Penal".

 

"Con mis hermanos íbamos a la escuela rural de 'El Mirador', pero había que trabajar y por eso no llegué a completar la primaria", cuenta ahora Ascensión, que escucha perfectamente y -por lo que se advierte- no necesita anteojos para leer.

 

Directora y productora.

 

De la charla que armó la directora de la Escuela de Adultos Nº 1, Valeria March, participó parte del equipo docente, como Jimena Aramburu (la responsable pedagógica), y Alejandra Blanco (auxiliar de Secretaría).

 

Cabe decir que aunque la nota pautada era con Ascensión, la directora Valeria sorprendió a los cronistas porque -haciendo las veces de entusiasta productora-, convino con otras dos alumnas para que, a su vez, cuenten sus experiencias. Así que en principio la charla incluyó a María Villalba, meritoria estudiante que es la abanderada de la Unidad Pedagógica; y a Sixta Alcaraz (72), madre de 17 hijos (viven 14) que a distancia -reside en Anguil- también procura terminar el nivel primario asistida por Marita Corcuera, docente que pertenece a la extensión aúlica de la Escuela 1 en esa localidad.

 

Otros dos ejemplos de los que nos ocuparemos en próximas ediciones, porque ahora mismo el tema es Ascensión...

 

Sesenta años con Gerardo.

 

"Sí, la escuela quedaba en el campo, a dos leguas... Son 10 kilómetros", afirma segura. Y sigue: "Después, ya en Santa Rosa empecé a trabajar en el sector Fideería del Molino Werner", hasta que conoció a Gerardo Blanco, de nacionalidad española, con quien se puso de novia y se casó: "Él tiene 94 años -dice-, y tenemos a nuestro hijo Gerardo, y a los nietos Alejandra Mara y Gonzalo Javier", precisa. "Hemos tenido comercio en Villa Alonso, primero tienda y después carnicería, pero en 1983 decidimos cerrar y no hacer más nada... Llevamos con Gerardo 60 años juntos", dice y se nos queda mirando para ver qué expresión ponemos.

 

Por qué.

 

Ascensión tiene notable lucidez y memoria, se muestra contenta y parece sentirse agasajada porque le están haciendo una nota que "va a salir en LA ARENA. Siempre me gustó mucho bailar, aunque por supuesto ahora hace mucho que ya no puedo...", agrega.

 

Cuando se le pregunta por qué quiere terminar la escuela indica que "me alentó mi nieta y me pareció bien. Una buena forma además de estar entretenida", contesta.

 

Una posibilidad.

 

"Lo que pasa es que ella, como mucha otra gente, tiene una trayectoria de vida. Y aunque figura como analfabeta la realidad es que no lo es: porque lee, escribe, comprende, realiza operaciones bancarias, cobra su pensión, maneja su dinero, va al supermercado... por eso está bueno esta posibilidad de conseguir su certificado por reconocimiento de saberes", apunta Valeria March.

 

Algunos viajes.

 

En la charla con Ascensión ella responde con absoluta claridad. "La política no la sigo... Antes era peronista", completa pero ya desinteresada. Dice lo justo y necesario, y en algún momento comenta que con su esposo han paseado "bastante por el país, Bariloche, Córdoba y otras provincias; pero también estuvimos tres veces en España. Algunos gustos pudimos darnos", señala.

 

"Yo manejo el control de la tele".

 

"¿Cómo vivo hoy? Tranquila... no me levanto muy temprano: 9 y media o 10. Miramos bastante televisión, yo sobre todo algunas novelas y otros programas que me gustan. Sé que en el 42 está la novela que sigo; en el 12 Los 8 escalones... tengo todos los canales en mi memoria; y mi esposo solamente mira los noticieros. ¿Quién maneja el control de la tele? Yo, por supuesto...", expresa con picardía y hace reír a los presentes.

 

"Me doy todos los gustos".

 

Casi en el final, cuando se le pregunta si tiene colesterol, o algún otro problemita, es taxativa al responder: "Tengo de todo. ¡Pero a esta edad qué me voy a estar cuidando! Me doy todos los gustos y como las cosas más ricas", dice. Y ciertamente nos da un poco de envidia a quienes pretendemos cuidarnos de las harinas, la sal y los postres. ¡Porque qué bueno poder disfrutar sin pena de las comidas más exquisitas! ¿O no?

 

El que quiere...

 

Son los últimos días del año escolar, y Ascensión a sus 92 puede decir tarea cumplida, porque recibirá en la primera o segunda semana de diciembre -en la fiesta de cierre- su certificado por reconocimiento de saberes.

 

Para su regocijo, para el de su familia, pero también para la satisfacción del grupo de esmeradas docentes que la acompañaron en el recorrido. Ese equipo que encabeza Valeria, la directora, que agradece poder "hacer visible que se puede terminar la primaria y la secundaria. Que hay programas y muchas posibilidades y sólo es cuestión de proponérselo...". Como Ascensión. (M.V.)

 

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